Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

EL ALAMBIQUE

Carmen / Cebrián

Okong-Oyek

NINGUNO de mis alumnos (yo tampoco) había oído hablar de Okong-Oyek. Es una provincia del norte de Guinea Ecuatorial, esa zona de África que fue colonia española durante años y de la que los españoles ya no recordamos nada. Todos los años, a principios de curso, el colegio de las Carmelitas donde trabajo se plantea colaborar con algún proyecto solidario. Este año nos hemos comprometido con las hermanas carmelitas que trabajan en ese país africano y que necesitan dinero para potenciar el trabajo de hombres y mujeres en la zona mediante talleres de carpintería, costura, informática, fabricación de pienso y jabón, agricultura y cría de pollos, todo para evitar la pobreza y el éxodo rural. Completa el proyecto la promoción de maestros, un centro escolar y otro preescolar. Creemos que es muy importante que nuestros alumnos sean conscientes de las condiciones en las que viven otros niños, otros jóvenes, y que sean capaces de ser solidarios y comprometidos.

Con los alumnos del curso de iniciación profesional (PCPI) empezamos a hacer unas estrellitas de cartón. Son quince alumnos, aunque a veces parecen treinta. Cuando por fin conseguimos organizarlos, Juan, Bea y Marina doblan las cartulinas para formar un pentágono; Guillermo, Irene y Elisa las decoran con una flor; Manuel y Luís las plastifican; Begoña les hace un agujerito; Cándido y Cristina les ponen una arandela y un cordel; y Diego, Jesús, Mario y el otro Jesús, acompañan, enredan, marean y entretienen. Y después están las alumnas que deciden regalarnos el tiempo de su recreo para colaborar en este proyecto: María, Beatriz, Cristina y muchas más.

Hemos hecho cientos de estrellas que nos compran el resto de los compañeros. Son bonitas, pero, sobre todo, son la ilusión de que nuestro pequeño esfuerzo va a servir para mucho en África. Nos contaba la coordinadora del proyecto, Rocío Beltrán, que en Okong-Oyek a las niñas las casan con doce años porque no las pueden mantener. Sólo la educación las puede sacar de este círculo de pobreza y marginación. Y que sean nuestros jóvenes los que se implican nos da esperanzas en el futuro. Gracias a todos.

PD. Si quieren una estrella, pasen por el colegio.

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