El 30 de marzo de 1969 tres hermanos -el mayor de 22 años, Barry, y los gemelos Robin y Maurice, de apenas 19-, editaron un disco doble con una portada aterciopelada que provocó reacciones alérgicas y un excesivo sobrecosto, por lo que se sustituyó por un fondo rojo sobre el que sobresale el nombre del álbum, Odessa, y el de sus creadores los Bee Gees. A mediados de 1968, los tres jóvenes nacidos en la británica isla de Man venían de una gira que les habían dejado exhaustos. Además, la tensión entre Barry y Robin por el liderazgo, unidos a los problemas y sustancias habituales, les tenían distraídos, confundidos, agotados, enfrascados en relaciones sentimentales urgentes y camino del precipicio personal y creativo .

Y entonces su mánager Robert Stigwood les dijo que les esperaban en los estudios Atlantic de Nueva York y en el IBC de Londresw, para grabar su sexto álbum y que por razones económicas lo quería doble. Obedientes, comenzaron la tarea de componer los 17 temas que formarían parte de uno de los discos de la emblemática lista de los 101 discos que hay que escuchar antes de morir. Inicialmente pensaron en llamarlo An American Opera, para finalmente publicarlo como Odessa, título de la canción que abría el disco y en la que se referían al hundimiento de un ficticio navío en la ciudad ucrania el día de San Valentín. El disco es tan fascinante como producto de la genial ensalada mental que los hermanos Gibb tenían en aquellos psicodélicos tiempos. Con aspiraciones de Opera Rock, mezcla pop barroco, temas orquestales, country y baladas sinfónicas. Varias de sus canciones formaron parte de la banda sonora de la inolvidable película Melody. No tuvo un gran éxito y sólo pasados los años los críticos más sagaces lo han considerado a la altura de las mejores obras conceptuales de los Beatles y los Beach Boys. Los Bee Gees son el grupo más minusvalorado, debido a su enorme éxito, de la historia del pop y Odessa es probablemente su gran obra maestra.

Esta semana se cumplen 53 años de su publicación. Odessa, fue pop romántico y apasionado compañero de amores juveniles. Odesa ahora suena a guerra, desastre humanitario, horror. Los hermanos se separaron tras editarse el disco, luego tuvieron mucho éxito, los gemelos ya fallecieron. Hoy todo son recuerdos de un pasado mejor. En el centro de Odesa había hace años una tienda de discos que exhibía orgullosa el disco de los Bee Gees. Supongo que cerró y que al edificio las bombas rusas lo han convertido en ruinas.