Nostalgia del Corpus

Sería interesante repetir la exposición de la Custodia para que nos podamos sentir orgullosos de esta obra de arte

Estoy seguro que muchos gaditanos, y yo entre ellos, recuerdan con nostalgia la procesión del Corpus y los acontecimientos a que daba lugar esta festividad de la Iglesia. Este año, por segundo consecutivo, debido a la pandemia no se celebrará con una procesión en la calle, ni tampoco con una corrida de toros con un cartel integrado por los toreros de moda, ni con el desfile de las tropas, que escoltaban la carrera. La verdad es que desde hace muchos años, antes del Covid-19, ni la corrida de toros ni el desfile se celebraban. Podemos pasarnos sin toros ni tropas, porque lo esencial es el paseo de la custodia por las calles de Cádiz, dando así ocasión a una manifestación popular de fe, a la que los gaditanos concurrían, unos en la procesión y otros presenciándola en la Carrera oficial. Su celebración, como cuenta Ramón Solís en su obra "el Cádiz de las Cortes" era una de las más solemnes y cuidadas y la concurrencia tanto de participantes en la procesión, como de espectadores era tan numerosa, en los primeros años del Siglo XIX que se pidió al Ayuntamiento que se ampliara la Carrera, porque con el aumento de participantes en la procesión, los primeros que habían salido llegaban a la Catedral cuando aún no había salido la Custodia. En aquellos tiempos el Ayuntamiento daba a los participantes una vela de cera de dos libras. En 1812, la procesión soportó los bombardeos de los franceses, y dicen las crónicas que "los participantes no se dispersaron". En el Cádiz de los Cortes era "la fiesta por excelencia."

Fue el año pasado cuando tuvo lugar una exposición de la Custodia en la Catedral , que es la procesional más elevada de todas, con sus 5,47 metros de altura, que suponen 391 kilos de plata de ley y su cogollo está atribuido a Arfe. Mereció la pena asistir a esa exposición, que tuvo lugar en la misma Catedral, ya que en la calle no se puede contemplar al detalle esta obra de arte. Sería muy interesante repetir esta exposición para que los gaditanos creyentes o no, puedan admirar y sentirse orgullosos de su tesoro sacro. Con ella, se celebra la presencia de Cristo en la eucaristía y recuerda la instauración de esta, el Jueves Santo en la última cena. Desde España, se llevó la celebración al nuevo mundo y tiene lugar en muchos países americanos.

Se siente nostalgia de esta procesión y los que la hemos vivido deseamos que vuelva a salir. En los años 40, a los niños se nos vestía de marineros, para verla o para asistir a ella. Y recuerdo que en alguno de estos años hube de asistir así vestido, llevando la corbata negra de raso del traje de marinero, alrededor de la cara, porque tenía "paperas". Ahora, no me importaría salir así vestido.

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