La AZOTEA de

Manolo / Fossati / Mfossati@ Diariodecadiz.com

Nochebuena el 23 de diciembre

Un imprevisto laboral que obligaba a alguien a trabajar la noche del 24 hizo que, por primera vez, celebráramos en casa la Nochebuena el día 23. Como si viviéramos en Australia. Seguramente fuimos la familia más adelantada de España. Como de lo que se trata es de reunirse, fue todo absolutamente igual, la comida, la bebida y las numerosas risas posteriores. Nadie reparó en que no era aún Nochebuena ni al día siguiente Navidad. El malestar estomacal se adelantó una jornada también, pero lo más llamativo fue comprobar la tranquilidad que suponía no tener ningún plan especial, ni la obligación de comprar el marisco, ni la de afeitarse. El alivio de andar tranquilo entre el ruido y la prisa de todos, absolutamente todos los demás, afanados en las compras alimentarias de última hora, abarrotando las colas en las cajas de los supermercados. Me lo estoy pensando para el año que viene.

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