Negociar la ruptura de España

Enfrente está la locura y la mentira y la violencia. Pero seguirán apretando, veréis, hasta que alguien mande parar

Todo que ha pasado y va a seguir pasando en Cataluña, incluso cuando lleguen los muertos, que llegarán, lamentablemente, sólo obedece a una cosa: forzar al Gobierno de España a negociar la ruptura de España. ¿Estoy equivocado? Que lo diga el tiempo. Es el piloto automático de todos estos, de los unos y los otros, incluso de los algunos de los demás. Que todo esto esté ocurriendo al mismo tiempo que se desarrolla el final del drama del Brexit, que fue una unión sencilla, de intereses comunes, con estos resultados, insisto, agónicos, angustiosos para millones de británicos en todo el mundo, no deja de ser una paradoja impensable. Irlanda y Escocia puede alterar su status quo dentro del Reino Unido y a saber Gibraltar si también se desmarca de las mentiras que han llevado al viejo Imperio Británico hasta aquí. Es que de mentiras se trata, y de forzar -que viene de fuerza- a hacer cosas que no se quieren hacer. Pero qué sabios, algunos. En vez de haberse dedicado con esmero a descubrir lo que presumimos inmenso robo de los Pujol, y a recuperar el dinero perdido en los laberintos del tres por ciento, el todavía Honorable Arturo Mas prendió las candelas que han ardido, con la ayuda de los apretad de Torra, estos últimos días en Cataluña.

Y en esto llegó Pedro Sánchez y no se puso al teléfono del racista. Es más, ha ido a Barcelona y nada, visita a los policías heridos, reunión con los responsables de la Seguridad y vuelta. A muchos nos hubiera gustado oír decir al presidente en funciones que con racistas e incitadores a la violencia no se habla pero nos hemos tenido que conformar con el mensaje ciertamente vago y poco concreto de que cuando condene la violencia, entonces hablarán. ¿Va a significar una vuelta de tuerca de lo ya ensayado estos días para así obligar a Pedro Sánchez a abrirle las puertas de la Moncloa al racista? Podría decir entonces lo que parece más lógico: La secesión de Cataluña o cualquier otro territorio nacional sólo se podrá lograr mediante un proceso democrático en el que participe todo el cuerpo electoral español, todos los españoles, porque todos los españoles somos soberanos sobre el Reino de España? En términos enloquecidos, ¿cuántos muertos cuesta eso? La vía eslovena se va a quedar muy corta. Porque de este lado hay más de todo, y está la verdad de defender una Constitución que hay traído tantos años de paz y de progreso que parece insólito. Enfrente está la locura y la mentira y la violencia. Pero seguirán apretando, veréis. Hasta que alguien mande parar.

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