Desde mi cierro

Pedro G. / Tuero

Necesitamos esa nueva voz

Comentaba hace un par de semanas aquí, en este querido Diario, que siendo espectador de aquellos pasados debates de investidura, que no sirvieron para nada, que no había oído ni por casualidad el nombre de Andalucía en ningún momento. Y remataba el comentario apostillando que así nos va. Y todo porque en esta bendita región no hay un partido político que reivindique nuestra identidad y dé a conocer y exija políticamente nuestras necesidades o pretensiones.

Así, y no me extrañó nada, y además me pareció muy oportuno, que la plataforma "Andalucía por sí" escogiese La Isla, hace unos días, para exponer y presentar sus reivindicaciones. Siendo La Isla una ciudad en la que el andalucismo ha sobrevivido a la decadencia de este nacionalismo de los últimos años. Ya que, actualmente, el partido andalucista mantiene su representación en nuestro Ayuntamiento y cohabita con los socialistas en el gobierno municipal, sin embargo, esa nueva plataforma a la que me refiero, queda configurada con unas nuevas caras. Fue Lolo Picardo, de la Venta de Vargas, según la prensa, quien abrió el acto en el que el colectivo exponía sus opiniones, sentimientos, razones, argumentos y reclamaciones de quienes han tomado las riendas para crear un nuevo partido.

Aunque la verdad, mi asiduo lector, es que a mí me gustaría que esto que se ha iniciado no cayera en saco roto. Andalucía necesita inminentemente un partido capaz de hacerla oír, de una nueva voz necesitada. Que no se vaya a convertir todo en un mero ruido sin una verdadera consistencia. O, como en aquel capítulo de El Quijote (XX-1ª), cuando a Sancho se le escapó un pedo y don Quijote al oír aquel evacuado sonido le pregunta:

"-¿Qué rumor es ese, Sancho? -No sé, señor -respondió él-. Alguna cosa nueva debe de ser; que las aventuras y desventuras nunca comienzan por poco.

Tornó otra vez a probar ventura, y sucedióle tan bien, que, sin más ruido ni alboroto que el pasado, se halló libre de la carga que tanta pesadumbre le había dado (…)".

Porque no me quiero olvidar del buen hacer de los alcaldes andalucistas que hemos disfrutado. No sólo de Manuel de Bernardo que le tocó bailar con la más fea, sino de mi admirado y querido Antonio Moreno, el alcalde más duradero de nuestra democracia, con quien tuve la suerte y el verdadero honor de gobernar junto a él. Una bonita etapa de mi vida de la que nunca me olvido.

Y lo digo desde aquí, desde nuestra Isla, porque como mi lector conoce, es de los pueblos de Andalucía que más sabe de esto. Necesitamos esa nueva voz que anuncie y pregone a todos los vientos que existimos. Que Andalucía también tiene voz y motivos -más que en ninguna otra región, por ser la más grande- en el resto de España, porque ya está bien de oír siempre a los mismos. Existimos.

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