encuentros en la academia

José Luis Alonso De Santos

Muñoz Seca y la respuesta humana de la risa

En El Puerto de Santa María sigue siendo Muñoz Seca, a pesar del paso de los años, alguien muy querido y valorado. En el Festival de Teatro de Comedias que se celebra todos los veranos, he visto representadas muchas de sus obras, por la estupenda compañía de teatro local: Olvido Producciones. Y he oído reír a carcajada limpia sus ocurrencias y su ingenio, su juego de lenguaje y su sentido de la teatralidad, su particular sentido del humor, su galería de tipos entrañables, y -tal vez lo más importante - su esfuerzo por hacer llegar al espectador un consuelo reconfortante que le ayude a enfrentarse a los sufrimientos y dificultades de la vida.

En esta intención está uno de los pilares en que se apoya su teatro. Recordemos las palabras puestas en la boca de un personaje de una de sus obras: "¿Qué haré yo para que los que sufren dejen de sufrir un instante y rían?". Habría disfrutado mucho Muñoz Seca viendo las últimas investigaciones que dan al humor y a la risa un alto valor terapéutico.

"¡La vida - nos dice-, a pesar de los problemas y los sufrimientos, de las facturas y de los cumpleaños, de las dificultades y de los conflictos, y de tanta mentira y tanto pelmazo suelto…, es estupenda!" .

Estamos hablando de un teatro de distorsión y parodia: el astracán y otros géneros cómicos en que se mueve el autor, que se basan en el artificio formal, la inverosimilitud, la dislocación del lenguaje, burlas, equívocos y chistes dentro o fuera de contexto. Veamos como muestra un ejemplo. En La venganza de don Mendo, para mostrar su disconformidad con la forma de expresarse de un personaje, le dice otro personaje que le escucha:

"Siempre fuisteis enigmático, / y epigramático y ático / y gramático y simbólico, / y aunque os escucho flemático, / sabed que a mí lo hiperbólico / no me resuelta simpático."

Palabras que, si pudiéramos, le diríamos a muchas personas incomprensibles y pedantes con las que nos cruzamos en el mundo. Y, desde luego, a muchos de nuestros gobernantes.

En La venganza de don Mendo hay un juego de ripios y rimas que muestran una gran maestría del autor. Muchos versos de esta obra se han quedado grabadas en el lenguaje popular, por su gracejo, ritmo y fácil contagio:

"Para asaltar torreones/ cuatro Quiñones son pocos./¡Hacen falta más Quiñones!".

O la célebre descripción del juego de las siete y media que hace a su dama don Mendo:

"Es que tu inocencia ignora / que a más de una hora, señora, / las siete y media es un juego? / Un juego, y un juego vil / que no hay que jugarle a ciegas, / pues juegas cien veces, mil, / y de las mil ves febril / que o te pasas o no llegas. / Y el no llegar da dolor / pues indica que mal tasas / y eres del otro deudor. / Mas ¡ay de ti si te pasas! / ¡Si te pasas es peor!"

En resumen, toda la obra de Pedro Muñoz Seca tiene una gran riqueza de procedimientos humorísticos, y una espontaneidad, teatralidad y frescura, que hacen sea uno de los autores más populares del teatro cómico español.

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