la hora del bocadillo

José Luis Vidal

Mundo bizarro

Un autor canadiense y otro británico son los padres de las últimas novedades publicadas por la editorial La Cúpula

"Cómix para supervivientes" era la frase que acompañó durante su larga trayectoria a la revista El Víbora. Y en verdad, Ediciones La Cúpula ha sabido sobrevivir y bandear el cierre de las revistas de cómic, los cambios de los lectores, la deserción de muchos de estos hacia otros medios de entretenimiento (videojuegos, series de televisión, cine…). Y todo ello sin perder la personalidad, publicando productos arriesgados. Pero, eso sí, evolucionando. El underground quedó atrás, y ahora se apuesta por un tebeo alternativo, novela gráfica en la mayoría de los casos… En los últimos tiempos, la editorial ha publicado maravillas como Aquel verano, Tungsteno, Ladronzuela, las últimas obras de uno de los grandes del tebeo patrio, Max… entre otros muchos títulos, como los dos que nos ocupan hoy.

De una obra que se titule Vil y miserable poco más hay que explicar: el autor canadiense Samuel Cantin nos narra la existencia de Lucien, un tipo que trabaja en un concesionario de coches, dirigido por el bajito (por no decir enano) Señor Linguini. Pero la ocupación del protagonista no es vender autos de segunda mano, sino su pasión, los libros. Una tienda de libros, ocupada por cientos de volúmenes que Lucien conoce al dedillo, así como infinidad de anécdotas relativas a sus autores (aunque la mayoría no le importen a nadie).

Esta podría ser una historia cotidiana más si no fuera porque su protagonista es un diablo. Sí, con sus cuernos y rabo en punta incluidos: Lucien no es lo que podíamos definir como 'la alegría de la huerta'. Es un tipo huraño, solitario, bastante borde. Y más aún cuando ponen a su cargo a un joven ayudante, Daniel, al que convierte en diana de todas sus puyas.

Pero hay una, y muy importante razón, para que Lucien se comporte así. Digamos que pese a tratarse de un demoniaco ser con aspecto casi humano, tiene necesidades "muy humanas". Hay una parte de su cuerpo, muy importante, que sólo puede utilizar un día al año. Esto hace que el 'pobre' diablo tenga ese carácter tan especial, que podíamos definir como borde, agrio, cabroncete. Una joyita, vamos.

Ésta es su historia, su relación con sus compañeros de trabajo, que lo detestan. Los planes que para él tiene Linguini y sobre todo, saber si finalmente podrá yacer con una hembra humana después de tantos y tantos años de sufrimiento.

Samuel Catin, en su segunda novela gráfica, nos ofrece una serie de retratos que seguro que no nos son ajenos, dibujando situaciones muy extremas, aunque perfectamente reales, que nos harán reír a carcajadas.

En su segunda novedad, El horno huérfano, La Cúpula nos ofrece la visión que el autor británico Rob Davis hace de la juventud. Pero para ello utiliza una lente extraña, que deforma y transforma el mundo que todos conocemos, transportándonos a un pueblo en el que los jóvenes han construido a sus padres, objetos que vagan por las casas y calles, con el comportamiento que podíamos esperar de unos progenitores, pese a ser secadores de pelo o extrañas máquinas de latón.

Scarper Lee es uno de estos jóvenes, estudiante. Lleva una vida 'normal' junto a su curiosa familia y pese a que sabe con seguridad que dentro de tres semanas va a morir, sigue viviendo como si la cosa no fuera con él. Pero todo cambiará el día que conozca a Vera Pike, una chica que aparece en medio de una lluvia de afilados cuchillos sin mostrar preocupación alguna, portando una sonrisa y actitudes cínicas que, desde el principio, van a atraer a Scarper.

Ella le presentará a Castro Smith, un curioso chaval sordo con el que van a emprender un viaje, una escapada hacia un lugar en que no tengan que estar vigilados por la vetusta unidad de policía que, pese a su lentitud, poco a poco, te va alcanzado si crees que has cometido una infracción.

Esta historia de rebeldía y descubrimiento los llevará a través de unos lugares cada vez más extraños, repletos de estatuillas de dioses, almacenes donde se oculta a los padres que ya no sirven para nada y han sido desguazados, madres vengativas, pandillas que cabalgan extraños hornos… Todo para eludir al destino, marcado por una fecha que cada vez se acerca más y más, el día en el que Scarper Lee muera.

Rob Davis, dibujante con una ya larga trayectoria en el cómic británico (ha trabajado en la clásica Fleetway, dibujado al Juez Dredd, así como en periódicos y editoriales infantiles) nos ofrece aquí una obra personal que nos traslada a un mundo extraño, pero que tiene muchos puntos de coincidencia con el nuestro propio.

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