El palillero

José Joaquín León

Muertos en el recuerdo

Los muertos no añaden ningún mérito a los que tuvieron en vida. Si acaso persiste su recuerdo. Pero en Cádiz hay que esperar a que fallezcan, como en estos casos y algunos más. En Cádiz hay que esperar, quizá porque hay envidiosos que no soportan los valores de los vivos; aunque se muestran más afables con los muertos, que no recogen los premios en persona.

También hay que decir que no todos los muertos corren la misma suerte. Sobre todo los que no tienen un grupo, asociación o amigos que los recuerden y defiendan. Son los muertos que caen injustamente en el olvido. A propósito de la última novela de Arturo Pérez-Reverte, El asedio, recordaba el pasado domingo que sobre ese asedio y los tiempos de la Constitución de Cádiz ya escribió Ramón Solís. El propio Pérez-Reverte ha mencionado que Benito Pérez Galdós en Cádiz y Solís en Un siglo llama a la puerta hicieron novelas de referencia sobre el Cádiz de las Cortes. Un cualificado lector me escribe al respecto, elogiándome que recuerde a Ramón Solís, al que apenas nadie recuerda, y me comenta: "Pérez-Reverte, con El asedio, hace 40 años más tarde lo que ya hizo Ramon Solís en Un siglo llama a la puerta, la mejor novela gaditana que nunca hubo. Pero, claro, Ramón Solís era director de La Estafeta Literaria, era hombre de Fraga en Información y Turismo y ya sabes... Lo que no saben los ignorantes es que Ramón Solís se cachondeó del "carrancismo" (que fue el franquismo a la gaditana) en su novela La eliminatoria, sobre el Trofeo Carranza".

Para colmo Solís era gaditano, que siempre es un inconveniente gordo para ser valorado en Cádiz (y para jugar en el Cádiz). Y además había triunfado en Madrid, otro inconveniente para los envidiosos. Por eso ahora, cuando un Bicentenario llama a la puerta, pum, pum, pum, hay que rescatarlo, republicarlo, releerlo y revalorizarlo. Aunque sea a título póstumo, faltaría más.

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