La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Mr. Biden, aquí un esclavo

Tras creerla superada hemos vuelto a la añeja retórica acomplejada de ocupar el lugar que nos corresponde

Ya se ha dicho cuanto se puede decir sobre el ridículo internacional del presidente del Gobierno corriendo durante 29 segundos junto o tras Biden. Y sobre su explicación posterior con sonrisa postiza de circunstancias de lo mucho que esos 29 segundos le dieron de sí: el resumen de lo que le dijo duró más que el brevísimo paseo a paso rápido. Imposible decidir si lo más grotesco fueron las imágenes de la conversación a la carrerita o la explicación (quizás invención) de las muchísimas cosas que supuestamente le dijo. Varios medios han puesto en pantalla partida el paseíllo y la explicación: termina el primero y sigue la segunda. Todo agravado por el previo anuncio del Gobierno de un encuentro entre Sánchez y Biden que acabó siendo -cito a El País- "un fiasco".

También se han hecho ya todos los memes posibles sobre el ridículo asunto. Desde doblar las imágenes con Sánchez diciéndole a Biden aquello de "un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo" de López Vázquez hasta presentarlo como un vendedor ambulante acosando al presidente americano o convertido en Chiquito de la Calzada.

Afortunadamente nos queda el humor. Pero la cosa tiene más calado. Estamos volviendo a ser el país que aspira a ser lo que fue, que espera tener el reconocimiento internacional que merece, que está destinado a ocupar el lugar que le corresponde en Europa y en el concierto de las naciones. Los menos jóvenes entre mis lectores recordarán la prodigalidad con que se usaron estos tópicos durante el franquismo y la transición. También recordarán como, a partir de los 80, sobre todo con los dos primeros gobiernos de González, superamos ese complejo de superioridad que siempre intenta compensar un sentimiento de inferioridad.

De Zapatero a Sánchez ha regresado la añeja retórica acomplejada de ocupar el lugar que nos corresponde. Así desde "el próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta" de Pajín al "nunca ningún presidente español ha tenido la posición que tiene Pedro Sánchez en estos momentos para intentar ampliar el poder de España en Europa" que se decía desde la Moncloa en 2019 hasta acabar en el patético encuentro de 29 segundos. Para no quedarse atrás, visto el ridículo de Sánchez, Casado se ha sumado a la resurrección de la vieja España acomplejada afirmando "devolveremos España al lugar que se merece".

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