BREVIARIO

Alejandro V. Garcia

Morigeración

LA temperancia es una virtud tan necesaria como la caridad. La pérdida del sentido de la morigeración desdibuja en gran medida el resto de los valores y conduce a su portador al descrédito. Hay un caso en el que el quebranto de la templanza es significativamente más perverso: cuando se gana. El partido de Mariano Rajoy perdió el sentido de la medida cuando ganó las elecciones europeas y proclamó que la victoria era una prueba indubitable de que las acusaciones de corrupción eran un invento retorcido de sus adversarios. Ahora ha ocurrido algo parecido durante la celebración del archivo (provisional) de la causa contra Francisco Camps. Si alguien tenía razón para dudar de la equidad de la decisión eran los denunciantes pues, desde hace meses, ciertos dirigentes del PP se han pavoneado sin disimulo de la amistad entre Camps y el presidente de la sala del tribunal superior valenciano. Sin embargo, lo que más ha sonado y trascendido son las briosas acusaciones lanzadas por María Dolores de Cospedal sobre un supuesto estado policial guiado por el PSOE para acosar a la derecha y del que formarían parte, en calidad de cómplices necesarios, la Policía, los jueces y los fiscales. Es decir, todos los que han intervenido alguna vez en las investigaciones sobre las redes corruptas ligadas al PP. La intemperancia les ha ganado otra vez la partida.

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