La voz de la calle

Francisco Javier / Lucero

Modas laicas

VIVE nuestra sociedad una corriente de burdo laicismo. No es un laicismo culto o reflexivo, es más bien una postura con olor a moda neoprogre. Un laicismo de escaparate, más propio de un equipo de técnicos en imagen y comunicación de Madrid que de cualquier corriente de pensamiento serio. ¡Las cruces hay que retirarlas! dicen, y lo proponen los mismos que defienden la memoria histórica de un episodio nefasto para nuestra sociedad. La realidad es que aquí, en Cádiz -a excepción de algunos petimetres/as de la política y unos pocos articulistas apesebrados-, esto no goza del más mínimo eco.

Les invito a leer las crónicas de Adolfo de Castro. Escritos del siglo XIX pero que nos revelan el origen de ciertos usos y devociones que aún hoy mantenemos los gaditanos y cuya memoria es igualmente justa defender. ¿Han reparado en las distintas plazas o calles que aún hoy acogen en su nombre el término cruz? La plaza de la Cruz Verde, La plaza de la Cruz de la Verdad, la calle Cruz (hubo también calle de la Cruz de la Madera),...

Aquella singular vinculación se transmitió de generación en generación. Otra práctica extendida en las casas gaditanas era rematar los forjados de los aljibes de los patios con una cruz de hierro flordelizada (como la que sirve de escudo al Cabildo de la Catedral). Hasta el siglo pasado diferentes cruces se repartían por la ciudad. ¿Han reparado en el bello mosaico de un Calvario que hay en la calle Antonio López? ¿Pretenderán también retirarlo esos ideólogos laicos?

El viernes pasado, el primer viernes de marzo, pasearse por los alrededores de la Catedral Vieja y de la iglesia de Santa María era todo un espectáculo. Por la tarde el cielo gris, casi pardo, amenazaba la tormenta que cayó horas después, bien entrada la noche. Pese a ello, las colas para visitar el Medinaceli y el Nazareno eran interminables. Uno va camino a la cruz, el otro la carga sobre uno de sus hombros. Me pregunto si también terminarán ordenando la retirada de esas cruces. Para salir de dudas, mejor se lo preguntaré en persona a alguno de esos mismos laicos/as cuando me los cruce, varilla en mano, en la presidencia de alguna cofradía. Y es hasta probable que desfilen en una presidencia que anteceda el paso de un Crucificado. Vivir para contarlo.

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