DIJERON las cabañuelas que este verano sería de levante. Los nidos de las avispas y pájaros aciertan más que el hombre del tiempo.

Mucho calor, sólo me siento bien bajo el ventilador a velocidad Vietnam después de una ducha muy caliente. En la parada del autobús me peleo con un cura muy vestido de negro por la sombra del árbol.

Pasó el Trofeo triste, muy poca gente, muy poco fútbol y muchos penaltis. Homenaje del invento gaditano. El Cádiz último clasificado, me alegro, empiezo a soñar en el ascenso un año después del descenso. Año de mal Trofeo, buena temporada de liga. No sé si soy el único que cree ya en estas leyendas. Me acuerdo del tren del gol y recuerdo la clasificación de Primera en las banderas de Preferencia.

Perdemos las calzonas azules, a muchos no nos gusta. El modisto del Cádiz este año se luce y con retales de telas de carnavales hace una equipación que molesta a la vista. Siempre quedarán las camisetas de rayas horizontales.

Celebramos centenario con la boca pequeña.

Dejaremos el cadismo en vena para cuando empiece la temporada.

Los Madrises y los Barcelonas de gira como si fueran AC-DC. La billetera del Tío Florentino este año todavía no ha abierto la boca. Mou quiere un reloj único y diferente. El Barcelona, en el primer año después de Laporta, parece que se queda sin Cesc.

Nadal afila los cuchillos. Alonso sueña que es campeón como decía la canción.

Ahora con lo que más disfruto es con el Mundial de motos. Lorenzo y Pedrosa como Quevedo y Góngora.

A la vuelta de la esquima el Campeonato del Mundo de Baloncesto. Ahora sabemos que todo es posible .

¡Ay que calor, ay que calor, ay que calor! Me cuesta pensar, me cuesta escribir, me canso con sólo imaginar en echar una carrerita.