Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Miarmismo

El caso es que salvo para los capillitas, en ningún lugar de Andalucía agrada la capitalidad de Sevilla

Los redactores del primer Estatuto de Autonomía, reunidos en el Parador de Carmona, no quisieron fijar la capital de Andalucía en Sevilla, por eso nada se incluyó en aquel texto. Incluso hubo una campaña para poner la capital de la naciente Comunidad Autónoma en Antequera, centro geográfico de Andalucía, que hubiera sido aceptado por todos. Aquellos sabios quisieron evitar el rechazo que provoca Sevilla en muchos sitios de Andalucía e impedir un nuevo centralismo en una comunidad tan grande. El nuevo estatuto, si me perdona, está peor redactado quizás porque quienes lo hicieron y lo negociaron no tenían el nivel intelectual de Rodríguez de la Borbolla, Javier Pérez Royo, Carlos Rosado, Juan Carlos Aguilar y demás. Por eso es una suma de lugares comunes incluido ese preámbulo donde se hace un malabarismo para decir que Andalucía es una nación sin decirlo, una auténtica pamplina. El caso es que salvo para los capillitas, en ningún lugar de Andalucía agrada la capitalidad de Sevilla. Se acepta porque no queda otro remedio, pero no se le concede autoridad moral. Encima el desarrollo administrativo de las competencias ha concentrado en Sevilla todos los centros, salvo la empresa Turismo Andaluz en Málaga, el Consejo Consultivo en Granada y algún organismo cultural menor en Córdoba o Almería. El otro día el alcalde de Málaga dijo que Sevilla tenía 50 mil funcionarios más que su propia ciudad solo por ser la capital de Andalucía, a la vez que ofrecía pagar para que se trasladase a la capital de la Costa del Sol los centros del poder andaluz. Por si fuera poco, diferentes alcaldes de Sevilla, cuando no han tenido ideas propias, se han puesto a competir con otras ciudades andaluzas. Crearon la Zona Franca de Sevilla para competir con la de Cádiz. Quisieron dragar el Guadalquivir, menos mal que la Comisión Europea lo paró, para competir con los puertos de Cádiz y Huelva (supongo que con el de Algeciras no se atrevían), hicieron con el mismo motivo una esclusa nueva. No contentos con la riada de millones de la Expo: cinco puentes nuevos, una circunvalación, nuevo aeropuerto y estación, dos autovías, un espacio desperdiciado en la Isla de la Cartuja, solo hubieran faltado las olimpiadas a las que cantó "Kady City". El resto de Andalucía tardó años en tener Ave (todavía se espera en Huelva, Cádiz y Almería), el puerto de Algeciras lleva décadas pendiente de mejora del enlace ferroviario. El alcalde de Sevilla, a falta de otras ideas, quiere un estatuto de capitalidad para la ciudad que tanto se ha beneficiado de inversiones y sedes de organismos. Como cantaba el gran Libi en " Sevilla tuvo que ser, mi arma": Gran Poder, dame suerte con el cuplé.

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