EL primer reto de los cinco partidos que obtuvieron representación parlamentaria en las elecciones del pasado 22 de marzo es la constitución del órgano rector de la nueva Cámara salida de las urnas. En la sesión constituyente de la X Legislatura, prevista para el próximo día 16, los grupos habrán de elegir la Mesa del Parlamento, cuya función es organizar el trabajo interno y decidir sobre la tramitación de las diferentes iniciativas. La novedosa composición del hemiciclo obliga, como hemos sostenido desde las votaciones, a un ejercicio de responsabilidad que permita la estabilidad. La primera prueba será, precisamente, pactar la composición de la Mesa. Y a la vista de algunos postulados iniciales, creemos necesario que los grupos parlamentarios afinen su capacidad de diálogo y su voluntad de acuerdo. Toda vez que todos tienen el número mínimo -cinco- para constituir Grupo y el derecho a tener representación en la Mesa, según los artículos 20 y 36, respectivamente, del Reglamento del Parlamento de Andalucía, cinco de los siete puestos están decididos de antemano para representar a cada grupo -aunque no su función- y otros dos han de pactarse. El PSOE-A, a través de quien fue su último portavoz en la Cámara y diputado electo por Huelva, Mario Jiménez, aspira a acaparar esos dos puestos y que uno de los tres resultantes ocupe la Presidencia. Jiménez explica que su partido, que ha obtenido el mismo número de escaños que en 2012 (47), quiere mantener igual representación que en la IX Legislatura. Pero la realidad del Parlamento es muy distinta por voluntad de los andaluces, que han decidido que haya cinco grupos en vez de tres. No parece proporcional que el segundo en representación, el PP-A (33 escaños), tenga un solo puesto en la Mesa, al igual que el resto de formaciones: Podemos (15), Ciudadanos (9) e IU (5). Estimamos que el PSOE, dado que no puede en ningún caso tener la mayoría absoluta de la Mesa, debería ceder para que los dos grupos con mayor representación tengan dos puestos cada uno y los otros tres partidos, uno. Es probable que el PSOE busque tener la mayoría de la Mesa pactando con un solo grupo, lo que le da hasta tres opciones de asociación. Pero pretender la Presidencia y otros dos puestos (sean vicepresidentes o secretarios) nos parece excesivo y dificulta el entendimiento no sólo para constituir la Mesa, sino también las conversaciones entre partidos para lograr la investidura de la única candidata con posibilidades ciertas de ser reelegida, Susana Díaz. La estabilidad en esta legislatura exige mucha más voluntad de diálogo y capacidad de cesión.

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