tribuna libre

Paco Dodero

Memoria del tiempo

Con este escrito quisiera participar modestamente en el merecido homenaje que durante estos días ha tenido la figura de Camarón, porque él representa eso en su cante: una 'Memoria del tiempo'. Ha sido, digamos, en el más estricto sentido, el penúltimo cantaor, pues aunque algunos lo titulen como renovador, para mí en ningún momento Camarón lo fue, sino que, al igual que otros grandes genios del cante, él sólo se limitó a interpretar de otro modo, sin dejar de respetar el canon establecido, la jondura del sentimiento con su eco canastero.

A Camarón lo podemos situar en el mismo plano de privilegio que a los otros que, como él, significaron un hito en el arte del cante por su capacidad creadora a la hora de interpretar. Tales fueron, entre otros:

Francisco Ortega Vargas 'El Fillo': (siglo XIX, Puerto Real). Aunque discípulo del Planeta, ha sido considerado como el iniciador de la primera escuela cantaora, maestro de Tomás el Nitri y Silverio Franconetti, fue el gran cantaor de la seguiriya gitana y posiblemente el de mayor difusión en la historia del cante.

Enrique 'El Mellizo': Francisco Enrique Jiménez Fernández (Cádiz, 1846-1906). Fue un genio del cante gitano, creador no solo de una malagueña emocionante y dolorosa, sino de los tientos y de un tipo de alegría que como verdadero maestro inició la más ortodoxa escuela gaditana del cante.

Manolo Caracol: Manuel Ortega Juárez. (Sevillla, 1909 - Madrid, 1973). Emparentado con la más viaja tradición cantaora, descendiente, entre otras, de la familia gaditana de los Ortega, fue un cantaor largo, destacando su jondura gitana en el eco de su voz 'afillá', y por el duende de un cante viejo, lleno de magistral improvisación en cada uno de los tercios de la copla.

José Monje Cruz, Camarón, nacido en San Fernando en el año 1952. Se inicia desde su más temprana edad, junto con otro joven cantaor, Rancapino, en este difícil pero apasionante mundo del cante. En 1962, en la Venta de Vargas, lo escucha Manolo Caracol, quien lo anima a participar en el Festival de Montilla donde gana su primer premio. Luego, en 1963 en la Feria de Sevilla, canta ante Antonio Mairena. Después de muchas asistencias a festivales y fiestas, Miguel de los Reyes lo contrata para Torrebermejas, llegando por primera vez a Madrid en 1968.

De la grandeza de su arte tan solo ha habido que asomarse a cualquier medio, en estos días, para conocerla, y si lo que muchos temen es que se puede olvidar su cante, como algunos se preocupan ahora, lo mejor es no dejar de escucharlo, independientemente de las fechas, las rutas y los actos ocasionales programados.

Opino que los que recientemente han sido protagonistas con sus opiniones sobre el arte de Camarón, en diversos medios, ya sean radio, televisión o prensa, también a ellos les corresponde estar vigilantes, para que el futuro desarrollo de los compromisos o proyectos, hoy de nuevo prometido, se cumplan.

Por último, si me lo permiten, me atrevo aconsejar a todos aquellos que se dicen aficionados y admiradores de Camarón que escuchen su cante, para que todo este movimiento de recuerdos no sea flor de un día.

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