Medallero autonómico

Para colgarse éxitos y medallas, el señor Pedro Sánchez es único, campeón mundial y olímpico

Desde sus orígenes, los ganadores en las pruebas olímpicas eran recibidos en sus ciudades como verdaderos héroes. En la Grecia clásica se llegaba a derribar las murallas de la ciudad para aclamar la entrada del triunfador y se elevaban estatuas con su figura, aunque con un tamaño no mayor al original, supongo que para evitar la ira de los dioses. Los Juegos no han podido nunca librarse de ser un escaparate de rivalidades e íntimos odios, lo fueron entre las polis griegas y lo continúan siendo entre las potencias mundiales actuales. Ya fuera en el pasado entre estadounidenses y soviéticos, y lo viene siendo ahora entre aquellos y la emergente potencia china.

Personalmente me sigue pareciendo una ironía, e incluso una falacia, las alusiones a la tregua olímpica y la paz por dos semanas, mientras que las retransmisiones televisivas se llenan de comentarios guerreros y bélicos aplicados a las competiciones; por supuesto que también en las pruebas femeninas, faltaba más y no seamos menos. Sí, ya sabemos que son comparaciones cariñosas, y que lo importante es competir, no ganar (sic). Será por ello, digo yo, la preocupación cuando no se ganan medallas y las continuas referencias a si hemos subido o escalado puestos en el dichoso medallero, donde chinos y americanos se pelean por la supremacía.

Aquí, en el Reino de España, lo de las medallas también tiene su importancia para nuestras particulares guerras internas. Recibía hace unos días uno de esos memes de las redes en que se decía que Andalucía ya tenía varias medallas olímpicas, tras las preseas de un granadino y una cordobesa. Con esas mismas imagino que, en cada punto del reino feudal en el que nos estamos convirtiendo, cada comunidad estará haciendo sus cuentas.

Podemos apostar a que es muy probable que en la próxima reunión de presidentes o virreyes autonómicos tengamos una petición del País Vasco para que se incluyan en los Juegos de Verano la pelota vasca y también el corte de troncos por forzudos chicarrones y chicarronas, claro. Yo apoyaría la idea pues prefiero que España gane más medallas, aunque se la apunte cualquier comunidad que no sea la mía, a que como viene siendo lo habitual pidan más dinero por ser tan majos ellos y ellas. Tan solo me preocupa que nuestro presidente, el de España digo, se niegue a la petición vasca. La razón será evidente y todos la conocemos. Para colgarse éxitos y medallas, el señor Pedro Sánchez es único, campeón mundial y olímpico. Vale.

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