Matrimonios

La preferencia por ciertos templos ocurre también en Cádiz, como el Carmen, San Francisco o San Lorenzo

En Madrid se decía que el consejo que daban las madres -"pijas", por supuesto- a sus hijas casaderas, en edad de merecer, era que reservaran con tiempo iglesia para su boda y que luego se pusieran a buscar novio. Se supone que el dicho era para significar lo difícil que era, sobre todo en primavera y fin del verano encontrar una iglesia libre, en las horas más propicias para esta celebración y no porque en Madrid faltaran templos, sino porque por muchas iglesias que existan, solo algunas gozan de preferencia especial para un casamiento. Así sucede en el caso de la capital con San Francisco el Grande o San Fermín de los Navarros. En este escalafón de templos preferidos para las bodas, el primer puesto lo ocuparía, sin duda el Monasterio del Escorial, pero que es solo accesible para las bodas de hijas de presidentes del Gobierno y de ahí para arriba. La preferencia por ciertos templos ocurre también en Cádiz, donde las bodas religiosas se celebran muchas en la iglesia del Carmen y ocasionalmente, en San Francisco o San Lorenzo y como no, en la iglesia de la Palma. En todos los casos, lo templos preferidos o no, son igualmente bellos y con suficiente espacio para acoger invitados, por lo que la elección viene determinada por otros factores externos.

Este problema de la mucha demanda de iglesias para los casamientos, en Cádiz está desapareciendo (me imagino que en todas partes), porque según nos informa este Diario de Cádiz, a través de la crónica de su director adjunto José Antonio Hidalgo, según los datos del INE, desde 1998 descienden en número las bodas religiosas de cualquier rito y hay más casamientos civiles, hasta el punto de que estos últimos son el doble de los primeros. Y la tendencia va en aumento, porque el año pasado, 2018, en Cádiz los matrimonios civiles fueron 3.031 (68% del total) y los católicos, que son los únicos religiosos que aquí se celebran, tan solo 1.326 (29,7 %).

El matrimonio civil estuvo prohibido en España de 1564 a 1931 (salvo en los años 1870 a 75) luego la segunda república hizo obligatorio el matrimonio civil y desde 1939 a 1978, para contraerlo era necesario la apostasía, abandonando expresamente la iglesia. El matrimonio civil se restableció en 1978. La Iglesia y los poderes civiles quieren evitar la bigamia y la disolución de un matrimonio, es más complicada en los religiosos que en los civiles, porque en estos cabe el mutuo acuerdo, mientras que la Iglesia considera el matrimonio como un sacramento, que contraído válidamente y consumado, es indisoluble.

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