Con foto propia de cartel electoral, arropado por dirigentes del partido en un acto sencillo y medido y no exento de lecturas internas, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Beltrán Pérez, ha dado esta semana el pistoletazo de salida a una nueva campaña. Marketing político para combatir el exceso de propaganda que hace un alcalde, a su entender, ensimismado en sus aspiraciones personales, en clave orgánica más que municipal, encerrado en su despacho rubricando acuerdos sin trascendencia para la ciudad, si no está en Bruselas...

Así lo ve uno de los concejales más longevos del Ayuntamiento de Sevilla, que asegura que Espadas ni está, ni se le espera. Y éste es el eslogan con el que va a inundar las redes sociales y la ciudad, calle a calle, en los próximos meses. Un particular puerta a puerta donde, con total seguridad, irá recabando quejas y muchos problemas enquistados y susceptibles de ser solventados con urgencia. Pero, ¿no es eso lo que habitualmente hace un grupo de la oposición?

Debería serlo, pero lo cierto es que la situación ahora es otra. El coronavirus ha impuesto nuevas formas de vivir, más bien de sobrevivir, otras maneras de gobierno y, claro está, también se necesita otra oposición. Por ello el PP de Beltrán Pérez quiere darle al botón de reinicio. Reiniciemos Sevilla es el lema, nada original, pues ha sido usado como mínimo tanto por el PSOE como por Equo. En cualquier caso, suena a borrón y cuenta nueva. Ojo, para todos. Seguro que a lo que se refiere la campaña es a la necesidad indiscutible de reactivar la ciudad. Lo que ocurre es que él ve a Sevilla bloqueada y al gobierno ausente. Y, de entrada, ése parece un diagnóstico muy simple. Es poco creíble que con esa parálisis total que denuncia la ciudad haya seguido a flote en unos meses tan complicados como los que le ha tocado gestionar a éste y a todos los gobiernos municipales en esta pandemia.

Sevilla ha estado haciendo sus deberes. El popular ha aprovechado la presentación de la campaña para reivindicar el copyright de esa comisión que ha debatido en los últimos meses sobre la forma de sacar a Sevilla de la crisis. Y, contradictoriamente, a pesar de que la medida ya ha sido un éxito porque ha aunado el compromiso de la sociedad y los grupos políticos, el PP ha hecho un llamamiento particular a esos mismos colectivos, desde taxistas a conductores de Tussam, desde funcionarios a profesionales liberales, para abanderar una nueva estrategia.

Está claro que es una cuestión de liderazgos. Pérez quiere ponerse al frente del Ayuntamiento porque el alcalde está apagado o fuera de cobertura, dice. Lo que no dice es cómo lo haría él y eso es fundamental, sobre todo para los ciudadanos que saben ya que las calles están sucias y que el arbolado es mejorable. Ranking y estadísticas hay muchas y cada uno esgrime la que le interesa. Esto es una campaña más interna que otra cosa. "Si hacemos las cosas bien", a Sevilla la espera un futuro mucho más prometedor, dice Beltrán Pérez. A él también, seguro.