La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Marín pone en venta Ciudadanos Andalucía

No sólo no consigue aumentar las consejerías, sino que cede al PP competencias como la gestión de los fondos europeos

Ahora que estamos en el final del verano, apurando la leche, la pasta del Carrefour (de soltera Supersol) y dejando las latas de melva y berberechos para el día de salida, el vicepresidente Juan Marín ha decidido poner en venta el apartamento. Sabíamos que el vicepresidente de la Junta usa su cargo para su refuerzo personal dentro del partido, donde se ha debilitado por sus formas de gestionar tanto en el Ejecutivo como en el seno de la formación naranja. Ayer presentó la remodelación de competencias. No le han dejado aumentar el número de consejerías, porque en el PP andaluz conservan un mínimo de lucidez mental. Marín lamina las competencias de su compañera Rocío Ruiz, y deja debilitado a Rogelio Velasco ("Yo estuve en Standford") al que priva de los fondos europeos. ¡Precisamente ahora que llegarán los millones de Europa! Ni Inés Arrimadas ha podido frenar este despropósito para los intereses del partido. La realidad es que Juan Marín ha vendido Cs al PP, un puente de plata del naranja al azul. ¿Acaso Juan busca su salida de Cs para irse al PP a cambio de un cargo como senador o en la autoridad portuaria? Quién sabe. Está claro, de momento, que no va a parar hasta cargarse a Rocío Ruiz, como es público y notorio. De las tres patas de la Consejería, que son igualdad, políticas sociales y juventud, le ha quitado la última para que sea asignada a Empleo. Y como contrapartida, pues le da migajas. Los referidos fondos europeos pasan a Hacienda, donde Juan Bravo (¡Bravísimo!) se ha puesto la mar de contento con el regalo de Navidad por adelantado. A Rogelio le dan a cambio la industria y las minas. ¡Todos sabemos que el tejido industrial de Andalucía es como el del País Vasco por las que hilan! En breve asistiremos en Andalucía a la inauguración de la sucursal de los altos hornos de Vizcaya. Tururú. ¿Pero qué es lo que ha hecho este Juan Marín que se me ha liado con la receta de las torrijas? Debilitar a Rocío Ruiz y a cualquiera que ose hacerle sombra, aunque con tal fin tenga que llevarse por delante el fuelle del partido. No se ha visto otra cosa igual. Primero, que un dirigente pregone que quiere hacer una crisis de Gobierno para aumentar el número de las consejerías... y acabe como el gallo de Morón. Y segundo, que no sólo no lo consiga, sino que sus consejerías pierdan poder. Lo dicho: Marín pone a la venta el apartamento de partido, pero previamente le ha quitado los muebles y ha dejado el tenderete con las pinzas y las latas de berberechos de marca blanca. No se rían. ¿Ustedes saben el precio de los berberechos?

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