EN la boca de todo el mundo suele estar su hermano, Jaime, recientemente separado de su mujer, la Infanta Elena. Al "otro" Marichalar, Álvaro, ni le gusta verse mezclado con asuntos del corazón ni tampoco suele dar cancha para que sobre ellos se le pregunte.

Hombre comprometido con sus ideas, el empresario -que ostenta, además, nueve récords de navegación como deportista-, defiende ahora las ideas políticas del partido que lidera Rosa Díez, el UPyD, con el que se presenta como candidato al Congreso de los Diputados por Soria. "Tengo mucha vinculación con esa tierra. El apellido de mi familia aparece, en el siglo XII, entre los fundadores de la ciudad. Mi abuela era catalana, yo nací en Pamplonaý Además, me hace ilusión que sea una provincia pequeñita y pobre a la que llego con proyectos ilusionantes".

De viaje en Suiza, donde ha impartido unas conferencias a emigrantes que viven allí, Álvaro me cuenta sus porqués de esta etapa y cómo los suyos comparten con él esta decisión que le traerá a Sevilla, entre otros destinos, a principios de Marzo. "Yo fui, como el resto de 7.500 personas que conformamos el grupo, quien llamé para incorporarme a filas. Creo que a la gente le gusta ver que, alguien con su vida organizada, se compromete con una causa más allá de las izquierdas y las derechas".

De casta le viene al galgo pues, su abuelo, fue, entre otros cargos, Ministro de Fomento, alcalde de Madrid y precursor de la jornada de ocho horas. Son asuntos que me cuenta Álvaro sin soñar con poderes que, por ejemplo, lo pudieran conducir a la presidencia del Gobierno. "No me planteo cargos, sólo ayudar". Tal vez eso sería apuntar demasiado alto y, bien es sabido, pasito a paso, los avances son siempre más seguros y mejores. Lo de haber tenido que suspender una travesía por la Antártica en Navidad, no es problema. De momento puede compatibilizar todos los frentes que tiene abiertos para gritar, como lema, "¡hartos de estar hartos!". Se ve que la lección está bien aprendida. Toca, sin chuletas, aprobar el examen.