Desde Tribuna

José Joaquín / León /

Maquillaje de Carnaval

GANÓ el Cádiz con una diferencia en el marcador que no responde a lo que se vio en Carranza. Por el contrario, mientras el partido estuvo empatado hasta el minuto 52, se temió lo peor. En no pocos momentos daba la sensación de que el Cádiz no se ha reforzado con acierto en el mercado de invierno. Vamos, que no se ha reforzado, más allá de casos concretos como el de David Sánchez y Migue. Han cedido a Garrido, e incluso a Kike Márquez, sin que se haya visto todavía a nadie que los mejore. Y el recambio del delantero centro también es curioso.

Dentro de su personal sistema de rotaciones, o lo que sea, Claudio prescindió de Aridane y le dio la primera oportunidad de la temporada a Carlos Calvo. En todo el primer tiempo, el Cádiz sólo tuvo una ocasión de gol, por medio de Lolo Plá, que trabajó como siempre, pero sin el acierto de otras tardes mejores. La verdad es que el Cádiz no funcionaba. Y para meter más presión, después de 25 minutos de cortesía, un sector del público empezó a pitar casi todo.

Motivos de disgusto había. Andrés Sánchez seguía en la línea negativa de no frenar los ataques por su banda, por lo que atrás se corría cierto peligro cuando el juez de línea no levantaba el banderín a los atacantes del Marbella. En la arquitectura del fútbol, veíamos a un Cádiz nulo. David Sánchez sólo aparecía en los lanzamientos a balón parado y no era capaz de controlar el juego. Mientras que Abel ha sustituido a Mantecón en el puesto de chivo expiatorio. Aunque falla casi todo, ese ruido de fondo no le ayuda. En cuanto al debutante Carlos Calvo, lo mejor que hizo fue sacar un córner. No entró bien por la banda ni una vez, ni aportó nada. Esperemos que se esté adaptando.

En la segunda parte, no había mejorado el Cádiz. Pero a veces te sonríe la fortuna. Es lo que ocurrió en el minuto 52, cuando al Cádiz le tocó la lotería de un penalti, de esos que unas veces se pitan y otras no. Había una mano y un balón, es lo más que se puede decir; y esta vez, a diferencia de otras, el árbitro señaló el punto fatídico. Güiza lo marcó. Empezaba otro partido. Sin hacer nada de particular, el Cádiz iba ganando.

Marcaron el segundo también a balón parado. En movimiento da muchas vueltas el balón, y parece más difícil. Saque de esquina bien lanzado por David Sánchez y bien rematado por Servando, que lo festejó con rabia y alegría. Iba a ser una victoria muy necesaria. Incluso se amplió con un tercer gol, marcado por Andrés Sánchez en el tercer remate de la misma jugada. Los del Marbella, protestones, pedían fuera de juego. Pero ya estaban ellos fuera del partido. Con este gol, Andrés se redimió de una tarde chunga.

Por entonces estaba jugando Álvaro García, que es menor de 30 años y le puso otra marcha a las carreras por la banda. Al final, incluso salió Despotovic, cuya aportación sigue siendo confusa hasta ahora. No le ayudó Salvi en una jugada en que estaba solo y optó por desperdiciarlo él mismo con un mal remate. A pesar de la clara victoria, el marcador nos parecía como un maquillaje de Carnaval. El disfraz no oculta que este Cádiz, si no mejora muchísimo, va camino de seguir en Segunda B.

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