Desde mi cierro

Pedro G. / Tuero / Gontu66@hotmail.com

Manolo, dimite

Yla verdad es, mi respetado lector, que el verdadero significado del verbo "dimitir" se lleva poco por aquí. Y no sólo en esta querida Isla de todos, sino en el resto de este pobre país, tan decadente y mísero como nunca. Se pueden contar con los dedos de una sola mano y sobran, los personajes que en los últimos tiempos han llevado a la práctica la semántica de este extraño verbo. No sé si será por miedo al qué dirán o porque si dejo esto qué me queda. De ahí lo ingrato que resulta, lo poco conveniente que es la profesionalización de la política. Aunque, no cabe dudas, y esto es lo que la mayoría de los probables dimisionarios no entienden, que una buena ida a tiempo, dignifica al personaje. Porque aferrarse al sillón defrauda la confianza de los ciudadanos, al ignorar la gravedad de los hechos que se le imputan, haciendo a su vez un grave daño a toda la clase política -hoy tan denostada y denigrada, precisamente-. Otra cosa es esa herramienta fantástica que es la memoria, que, con el paso de los años, se deteriora y en algunas ocasiones es maravilloso que eso suceda porque se te va el rencor sin que te des cuenta. No obstante, aunque olvidas los nombres de las personas, la imagen queda a lo largo de los años y es esto justamente lo que recordará ese cabreado ciudadano.

Y así, el desgraciadamente famoso desfalco de la caja de todos los isleños, no tiene aún un desenlace que satisfaga ni a tirios ni a troyanos, se está en ello, dicen y parece, pero aquí, hoy en día, los disparos van dirigidos especialmente contra Manuel De Bernardo. No sé si será porque es el único que queda vigente y presente en la política local o porque al pedir su dimisión se le hace un descosido importante al gobierno de Loaiza. La oposición socialista lo acusa de clavero (cultismo latino que originó otro término más popular y comprensible como "llavero"), y que tan claveros son él, su antecesor Moreno y el resto de guardadores y vigilantes de las llaves de la dichosa caja. Que el gobierno de Loaiza -continúan los socialistas- minimiza este grave problema y que tan responsables directos son unos como otros. Y así está la cosa, mi enterado lector.

Por todo esto y por lo que venga, mi querido Manolo, este desembarazado escribidor te ruega sin ninguna acritud, a pesar de tu presunta inocencia, cosa que suscribo porque sé de tu honradez y lealtad, que dimitas. Harías un bien a ti mismo, a los tuyos, a tu partido y a muchísimos isleños que te seguimos apreciando. De tu valentía nunca he dudado, siempre has dado la cara, aun cuando participabas en el gobierno de tu patrañero antecesor y que ahora espero que esa tan extraña cualidad de un político, que es nula sobre todo en este actual y popular Gobierno municipal, no la hayas perdido. Tus fotografías en nuestro Diario en el pasado pleno me conmovieron, y recuerda, como dije, que la imagen es lo que siempre queda, aún perdida la memoria de los nombres y las palabras, pero esa deprimida actitud que hemos contemplado de ti, ni te la mereces ni te corresponde. Espero que reflexiones y dimitas, porque nada de esto, tú lo sabes, vale la pena. Y confío.

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