La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Mamá, quiero ser ministro(a)

Conseguir ministerios, aunque sean menores, es la única baza de Pablo Iglesias para hacerse perdonar el declive

Esta semana se ha conocido que Pedro Sánchez ya no descarta que haya ministros de Podemos en el Gobierno que nombrará cuando supere su investidura. Que ya no reduce la participación de los podemitas a los segundos niveles de los ministerios, como pretendía al principio. Que el próximo será un Ejecutivo de coalición con todos sus avíos: un programa común y ministros de los dos partidos.

El Gobierno bipartito de la izquierda es una necesidad para Pedro Sánchez a fin de salir elegido en la sesión de investidura y disponer de una base sustancial con la que gobernar gracias a la "geometría variable", y es imprescindible para Pablo Iglesias, cuya entrada en el Gabinete constituye su única posibilidad de continuar como líder de Unidas Podemos. La única fórmula para que las bases le perdonen el declive al que ha conducido al partido en los últimos años. Aunque sea asumiendo su condición de subalterno y aceptando que el sorpasso fue un sueño condenado al fracaso.

La gran diferencia de envergadura entre los ex contendientes que después del domingo tendrán que negociar lo que no ha sido posible negociar desde hace un mes -un Sánchez triunfante y un Iglesias capitidisminuido- presagia que las negociaciones, que ahora el podemita quiere discretas y contrarias a la transparencia que siempre ha exigido a la política, no van a ser especialmente difíciles, aunque atravesarán momentos de tensión y aparente ruptura. Uno está entregado y el otro puede ser generoso hasta el punto exacto en que la generosidad deja de serle útil. Sánchez no va a darle a Iglesias y los suyos ministerios potentes (Interior, Hacienda, Exteriores, Defensa), e Iglesias se conformará a la postre con ministerios más bien decorativos y mediáticos.

El precedente más importante de un Gobierno PSOE-izquierda radical es el bipartito PSOE-IU en la Junta de Andalucía, encabezado por Manuel Chaves y Diego Valderas y que Susana Díaz liquidó años más tarde. Antes de que se pactase Chaves advirtió a Valderas de que iba a romperse los nudillos de tanto aporrear la puerta socialista. Al final le abrió la puerta. Pablo Iglesias está aporreando ahora con más frenesí la puerta de Pedro Sánchez. Lo va a conseguir. Será ministro (aunque sea de Marina, como se recomendaba en el franquismo). Probablemente, Irene Montero también será ministra. Dos carteras y un chalé en Galapagar. No asaltarán el cielo, pero tocarán cartera. Una pareja de éxito.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios