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Crónica Personal

Pilar / cernuda

Mal trago

LLEGÓ la noticia cuando Susana Díaz asistía al acto de toma de posesión del nuevo Gobierno andaluz, y cuando Rubalcaba presidía una reunión de su grupo parlamentario y metía caña al PP por los ordenadores de Bárcenas.

La solicitud de la juez Alaya de que se impute a Griñán y Chaves, ex presidentes del Gobierno andaluz, presidente y ex presidente del PSOE, cayó como un mazazo en los dos escenarios. La esperanza de que no se cumplan los peores pronósticos la pueden centrar Rubalcaba y Díaz en el fiscal Anticorrupción, que ve defectos de procedimiento en el auto de la juez, pero se confirman lo que más temía, desde tiempo atrás, el Partido Socialista. Tanto lo temían que, como confesó el propio Griñán, decidió dimitir como presidente para no dañar a su partido con el caso de los ERE. Bastante dañado estaba ya, aunque el caso Bárcenas alejó el centro de atención, pero hacía meses que se sospechaba que tanto Griñán como Chaves podrían ser imputados por la juez Alaya. Se estrechaba el cerco a medida que caían imputaciones sobre sus colaboradores, y como indica el auto de la juez, esos colaboradores no podían tomar determinadas medidas sin la autorización o conocimiento de sus superiores.

Todo un torpedo en la línea de flotación del PSOE y de sus dirigentes. De los andaluces y de los nacionales, Rubalcaba y su equipo han hecho piña con quienes han presidido el partido en los últimos años. Estaban obligados a hacerlo, obligados a defender su honradez aunque no fuera más que por compañerismo; pero esa defensa puede perjudicar actualmente a un secretario general cuestionado por un sector importante de su partido desde el mismo día que ganó por muy poco el congreso de Sevilla.

Mal asunto para los dos dirigentes socialistas, que ven cómo avanza un paso su posible imputación, pero mal asunto también para todos los políticos, porque la petición de imputación de la juez Alaya abunda en el clima de desprestigio que sufre hoy la clase política, con tantos escándalos de corrupción sobre la mesa.

Habrá que esperar la decisión de la Fiscalía, que podría recurrir el auto de la juez, pero la sospecha cae ya sobre los dos ex presidentes andaluces, cuya actuación deberá analizar ahora el Tribunal Superior de Andalucía o el Supremo por su situación de aforados. Llega el auto de la juez al día siguiente de que la dirección del Partido Socialista andaluz aprobara proponer a Griñán como senador. Para que luego digan que no se temían la imputación…

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