Ser o no ser

José Guerrero 'yuyu' /

Mal de amores

Aeste Cádiz no hay quien lo entienda, por la gloria de Paneque. Lo mismo hace el canelo ante un equipo de zona baja que le da un repaso de categoría al segundo clasificado del grupo y le mete un 4-0. Eso es el Cádiz en estado puro, pero no solo el de esta temporada, sino el de toda la vida. Lo que pasa es que esos coletazos de rabia, o de calidad oculta, no suelen servir para nada. Quizás si valgan para rebatir críticas durante unos días pero, si la tendencia de la temporada persiste, sirven de poco. Ya casi olvidada la idea de acabar líderes del grupo, lo que nos queda es meternos entre los cuatro primeros para intentar tocar el cielo.

Pero con los números del Cádiz fuera de casa va a haber que trabajar muy mucho y rezar aún más. Si algo no miente en el futbol son las matemáticas. Y éstas dicen que somos el peor equipo a domicilio de todos los que optan al ascenso. En casa estamos cómodos y pocas opciones hemos dado. Por eso cuando se habla de un tema tan serio como las dificultades económicas que atraviesan los futbolistas, y que yo, por supuesto, no voy a discutir, me pregunto por qué esa situación solo parece afectar cuando juegan fuera, cuando lo normal sería que pasara factura todos los domingos. En fin, el que la lleva la entiende, pero me da que con esas de cal y otras de arenas no llegamos lejos. A ver si a partir de ahora, tras la dosis de moral con la goleada al Albacete nos venimos arriba. Sería interesante, para recuperarnos económicamente y salir del pozo para poder aclarar el tema social. Porque cuando los equipos entran en dinámicas así, no tanto deportivas como institucionales, la fractura entre la afición es terrorífica. Un bache deportivo es criticado por todos a una. Pero cuando se trata de remontar una crisis social, nos matamos entre nosotros.

Ya he observado en otros equipos, con desastres similares recientes, que cualquier propuesta o crítica hacia la directiva actual, a los que intentan hacerse con el club o simplemente con ideas renovadoras, los demás te ven como una especie de demonio anticadista. He podido comprobar esa tensión de primera mano, cuando tras proponer la semana pasada la posibilidad de refundar el Cádiz, alguno casi me excomulga.

Tras la victoria del Cádiz ante el Albacete, parecía algunos hasta comentaron que "vaya palo que me había dado el Cádiz". ¡Como si yo quisiera que perdiera mi equipo de toda la vida!. Manda huevos. Esto es lo que traen las crisis. Que parece que cuando alguien critica a lo que ha querido toda la vida, es que ha dejado de quererlo.

Por supuesto que cada uno es libre de animar y apoyar al que quiera. Pero hay muchos cadistas que no están por la labor de apoyar a muerte al equipo haga lo que haga. El Cádiz, como club, está por encima de personas y jugadores. Y precisamente por eso hay que entender que cuando se da leña al mono no se va contra el club, sino contra quienes lo representan o juegan en él. Parafraseando el anuncio de neumáticos: "La pasión, sin razón, no sirve de nada".

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