QUERIDOS Reyes Magos: extrañados ¿no? que os envíe mi carta después de vuestro paso por El Puerto. En primer lugar os quiero agradecer los muchos juguetes que les habéis traído a los niños y niñas de este pueblo. En segundo lugar, pediros que me saquéis de unas dudas que no nos dejan dormir: ¿los Reyes son los padres, Papá Noel o vosotros? En algunos comercios se anuncian rebajas y horarios especiales para que los padres puedan comprar los reyes. Por otra parte, mis primos juegan con los juguetes diez días antes que yo porque se los trae el Noel ese. Mi abuelo dice que es cosa del capitalismo y que sus jefes son unos señores que no entienden, ni quieren saber nada, de ilusiones o de sueños infantiles. Que lo único que les interesa es ganar dinero lo más rápido posible y para quedar bien, manifiestan que son muy creyentes; no se sabe en qué, pero dicen que creen. Yo creo que el capitalismo ese debe ser una cosa muy mala porque a los niños nos tienen desconcertados y perplejos. ¡Por favor ayuda!

Otra cosa para finalizar: dice mi tío que en los 364 días que tenéis de vacaciones, lo aprovechéis para obligar, ya que sois magos, a los gobernantes israelíes a que dejen de matar a tantos niños palestinos. Criaturas inocentes, como yo, que no entienden de religión, raza, o color de la piel. Mi tío dice que lo hacen con el cobarde silencio del resto de las naciones que se dicen católicas, y estas sí, creyentes. Escriben manifiestos de tímida repulsa, pero no se atreven a pararles los pies a estos pupilos de Herodes. Con uno que hubo en la historia ya es bastante. Y ya de paso, deberíais darle un toque al rey de Marruecos para que deje de acosar, encarcelar y maltratar al noble y pacífico pueblo saharaui.

Con mis deseos y los de mi abuelo y mi tío, creo que está más que justificada esta carta que es la primera que vais a recibir para el año que viene. Hasta entonces, ayudad lo que podáis para que se respete más a la maltratada madre naturaleza. Y que la crisis pase pronto. Y que mejoren las expectativas de los que están en paro. Y...ya no más.