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Es muy probable que el palabro machirulo prospere en los próximos tiempos. De hecho, en las redes ya lo está haciendo. Tiene la sonoridad pegajosa de los neologismos de éxito y, aunque parece inventado por una niña de Serrano, causa furor en los círculos del feminismo más o menos radical. Lo usó en prime time Irene Montero, la Evita de Vista Alegre 2, para referirse al diputado popular Ángel Luis González, quien en un ataque de testosterona, y tras un enfrentamiento con Pablo Iglesias, le gritó aquel viril y tabernario: "Ven acá si te atreves" (ya se sabe que los españoles amagamos mucho y repartimos poco). Según informó la prensa, tras el uso del vocablo por la portavoz morada, la búsqueda del mismo provocó el mayor pico en Google en los últimos cinco años.

No hay que ser ningún Corominas para advertir que la etimología de machirulo bebe de dos fuentes: las palabras "macho" y "chulo". Es decir, que sirve para denominar al clásico gallito de barra, al hombre zafio y patán que desprecia a las mujeres por el mero hecho de serlo y se jacta de ello. Sin embargo, también es muy probable que en los próximos tiempos este insulto amplíe sus horizontes para cubrir con su manto de ignominia a todo aquel que no se someta a los dogmas de fe de la ideología de género o del feminismo más exaltado. De hecho, es el uso que ya están haciendo del mismo los componentes de esa Brunete feminista -ya sean machos o hembras- que escribe sus artículos en los medios digitales.

En las trifulcas ideológicas, no hay nada más eficaz que buscar un sonoro y pegadizo calificativo despectivo con el que estigmatizar al adversario. "Es usted un machirulo" y ahí acabará cualquier conato de debate racional sobre uno de los temas más importantes y decisivos de la época que nos ha tocado vivir: la reconfiguración de las relaciones entre los sexos, un proceso que se inició con la II Guerra Mundial con la llegada de las mujeres a las fábricas y que, probablemente, culminará en las próximas décadas. Brindamos por ello.

Como información meramente erudita, diremos que, tal como informa la Fundación del Español Urgente, organismo que asesora a los medios para el correcto uso de la lengua, el término machirulo, según el Diccionario gay-lésbico, de Félix Rodríguez, sirve también para señalar "despectivamente" al hombre homosexual "que exhibe formas convencionalmente muy masculinas". En España, ya se sabe, no hay forma de que a uno le dejen ser lo que le dé la real gana.

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