Luto en amarillo

Manolito Santander era el que mejor bailaba el tres por cuatro que es como el soul de Nueva York pero mirando a La Caleta

Los pasodobles hechos al estilo del barrio de La Viña tendrían que tener Denominación de Origen, y sin duda este sello lo hubiera llevado en la frente Manolito Santander. Manolito tenía título viñero. Si a la gente de tronío en el mundo se le dice don y en el Reino Unido le dicen Lord, que es como loro pero con 'd' detrás, en La Viña a nuestros personajes ilustres le ponemos el "título" de "ito", que es un título que se concede en calidad de diminutivo cariñoso. En el resto del mundo a los grandes se les engrandece y en La Viña los empequeñecemos, le ponemos el "ito" detrás. Manolo era como La Viña, diferente, deliciosamente diferente. Era el que mejor bailaba el tres por cuatro, que es como el soul de Nueva York pero mirando de reojo a La Caleta. Llenaba el escenario cuando cantaba y, como si fuera el YojanCruif del Carnaval, sabía mandar a su equipo, templar cuando hacía falta y tirarsepalante al final de los pasodobles para llevarse al público al bolsillo y ganar el partido. El secreto sólo lo conocía él, porque le salía de dentro, de su gen del árbol del Mora, un mérito que Neptuno, el único dios que luce gargajillos caleteros en su uniforme, le concedió nada más nacer.

Manolito inventó un himno y eso no lo hace cualquiera. Amarillos fueron sus colores y Manolo lloró el día que se lo cantó un campo entero. Era más feliz que una caballa cuando en la plaza Pinto la arreglan con una piriñaca de tomatitos de Conil para que en el plato aparezca más guapa que nunca.

Había que verlo en el último Carnaval cuando se paseaba por la calle La Torre al taratachin con su Maldición de la lapa negra y con más gente detrás que el Medinaceli, esperando que la chirigota se parara y demostrara al mundo como se lleva al cielo un pasoboble. Manolo conocía dónde estaba el pellizco, ese momento de la vida en que la carne se te pone de gallina tú no sabes bien por qué y el inventor del Me han dicho que el amarillo y El Crimen del mes de Mayo te ponía la carne de gallina del puchero y te parecía que sobre ti caían papelillos en forma de taquitos de jamón y huevo duro. Defendió la 'denominación de origen del pasodoble viñero' en donde hizo falta y reinvidicó la copla 'cañera', la de denuncia. Defendió la chirigota 'comprometida', el pasodoble denuncia, el que hacía removerse al palco municipal.

Creo que a Manolito, el hombre que mejor bailaba el tres por cuatro en Cádiz, le hubiera gustado que incluso hoy hubiera un poquito de cachondeo en su honor. Me hubiera mirado, con esos ojos agradecidos que tenía y me hubiera dicho… "io puta" y nos hubiéramos dado un abrazo con forma de balneario de La Caleta.

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