DEL Mayo del 68 dijo Pier Paolo Pasolini, militante del Partido Comunista de Italia, que era un reflejo de la lucha de clases: los niños ricos que jugaban a la revolución y los pobres policías que defendían la democracia. Me parece que esa atinada reflexión del cineasta es de aplicación a las revueltas callejeras nocturnas en Barcelona, Madrid y alguna que otra ciudad andaluza. Los policías suelen ser gente de origen humilde que cumplen las órdenes que reciben. Pueden ocurrir excesos, como el bolazo que hizo perder un ojo a una chica en Barcelona o los salvajes que se liaron contra unos ciudadanos en Linares, pero si hay algo evidente es que los que participan en estas revueltas callejeras con la quema de contenedores, motos y coches, destrozos en el mobiliario urbano y asalto a los comercios ni han oído jamás cantar a Pablo Hásel ni saben por qué está condenado ni han leído ninguna de las sentencias, van hacer el salvaje, amparados por una supuesta defensa de la libertad de expresión, aunque apedreen periódicos y agreden a periodistas . Un reducido grupo de niñatos que en lugar de ponerse hasta las cejas en cualquier botellón o quitarse el aburrimiento en la mansión de papá , salen a la calle a divertirse, gente pija que grita "viva la lucha de la clase obrera". Lo sorprendente es que haya integrantes del Gobierno de España que en nombre de la izquierda defiendan este ejercicio de vandalismo. En lugar de defender a los empleados públicos que defienden la democracia, apoyan a los violentos. Su papel debería ser reformar el Código Penal para eliminar el delito contra los sentimientos religiosos o las ofensas a la Corona y afinar el de exaltación del terrorismo , lo que no se puede es apoyar a estos descerebrados si se está en el Gobierno. Qué pensarán o pensarían los que con riesgo de su vida defendieron la democracia y las reivindicaciones obreras de Podemos y sus mariachis: Eduardo Saborido, Julio Ruiz, Juan Pérez, Diamantino García, Pepe Díaz, Manolo Delicado, Ignacio Gallego, Tomás García, Gabriel Delgado, Sebastián González por citar a los andaluces. Supongo que mirarían estupefactos lo que se dice en nombre de la izquierda aquellos cuyo único interés es mantener sus generosos salarios y su estatus. No sé si quienes lucharon en defensa del sector naval de la Bahía de Cádiz, que recibieron bolazos de goma de aquellos "pañuelitos verdes" relatados en el famoso tango de carnaval "En el pasado octubre" pueden sentirse identificados con los neocayetanos que hacen el salvaje. Puede que hasta el mismo Julio Anguita hiciera una defensa de la libertad de expresión para luego despreciar a los niños pijos que queman contenedores .

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