Volvamos a la triste realidad. Los problemas para elegir al presidente de Televisión Española, las oleadas llenas de dramas personales de los inmigrantes en el Estrecho, la campaña pepera en una especie de Primary Colors y la independencia catalana volverán a la primera plana. Ya no tenemos a un Lopetegui ardiendo en la hoguera, a un De Gea si debe jugar o seguir siendo carne de memes, si España juega al tiqui taca o al ritmo de un taca taca.Decían que el fútbol era el opio del pueblo. Nos anestesia, nos enfada, nos indigna más que muchas cosas que son peores, nos enfrasca en infinitas discusiones con el colega que te toca la fibra, por no decir otra cosa, nos vuelve locos. Durante 15 días hemos aparcado la vida cotidiana por esta bendita locura. Ahora sólo nos queda hacer el juicio sumarísimo y seguir a otra selección que tengamos en el corazón. La selección se va de vacaciones, como otros.

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