HASTA hace relativamente poco tiempo, no tenía ni idea de lo que eran las listas cremallera y para aquellos que no lo sepan es cuando en una lista electoral van intercalando un hombre y una mujer, incluyendo los suplentes. En realidad, pienso que debe ser uno muy artista para conseguirlo. Ver que todos esos hombres y mujeres tienen la misma capacidad para gestionar, crear, transmitir… Hay que tener mucho arte y mucha suerte para contar con un equipo así.

El que exista paridad en unas listas o en un gobierno no me parece mal, aunque me fastidia un poco. Porque es como decir: "Tenemos que contar con equis mujeres, porque si no, no somos políticamente correctos".

Y si hay un mayor número de mujeres que sean más válidas, ¿qué ocurre? ¿No las podemos incluir para que no sobrepasen el número? También podemos darle la vuelta a la tortilla y pensar que haya más hombres válidos y volvamos a que tiene que haber igual número de mujeres que de hombres.

Lo que está claro es que tenemos que ver a la persona según es, sin tener en cuenta el sexo porque es ahí donde comienza la verdadera igualdad y no tener que hacer filigranas para ir encajando a hombres y mujeres alternativamente.

De nada sirve esto si luego sabemos que en muchos casos las mujeres cobran menos, desempeñando el mismo trabajo que un hombre. Que son muy pocas las que ocupan un cargo directivo, y las que lo consiguen, en su mayoría, es porque no tienen cargas familiares y pueden exprimirlas como quieren. Sigue habiendo un gran número de mujeres maltratadas y amenazadas por sus parejas o exparejas. Y esto sin moverme de España porque fuera la realidad es muy cruel con todas ellas.

Pues esto de las listas cremallera me recuerdan cuando hago juegos en las clases de Inglés con mis alumnos/as, que para que no elijan a su amigo o amiga y sean siempre los que salgan del mismo sexo, les digo eso de: "One boy, one girl". Al final todo esto de estas listas es como un juego de niños: "Un chico, una chica".

Gracias por leerme.