La Línea

Sentarse a media mañana en las terrazas que pueblan las calles comerciales de La Línea es un gustazo

Hay dos ciudades en la provincia que tienen gran animación por las mañanas, sobre todo por las zonas en torno al mercado y las calles comerciales y están son Sanlúcar y La Línea; en las dos también se come de maravilla.

Me encanta empezar tempranito en La Línea y acercarme hasta el mercado de abastos, que parece que está ahora reactivándose de nuevo, para disfrutar de uno de los desayunos más curiosos de la provincia de Cádiz, el que ofrece el Bar Francis, situado dentro de la propia plaza, aunque también tiene puerta al exterior. Allí ponen un bocadillo de filetito con una salsa, ligeramente picante y que llaman "El Africano", un canto panaero al entendimiento entre los mundos ya que el bocadillo surgió de la "fusión" de un bocadillo de lomo de la casa con las especias que utilizaban un grupo de africanos que iban a desayunar siempre al sitio. Al final aquella mezcla de especias se unió a la fórmula magistral del bocadillo.

En el mercado de La Línea se puede encontrar "la molla" o la brótola que es su nombre más fino. Es un pescado de esos de "segunda" que es difícil de encontrar en bares fuera del Campo de Gibraltar pero que en estado de frito está de escándalo.

Sentarse a media mañana en las terrazas que pueblan las calles comerciales de La Línea es un gustazo. Hay hasta un café histórico, El Modelo, que todavía conserva unas escaleras casi "imperiales" para acceder al primer piso. Se puede uno incluso escapar a Gibraltar, situado a dos pasos y dar una vuelta por una especie de "parque temático" que es su zona comercial, ambientada en plan británico. Es un espectáculo y también una muestra más del cruce de culturas de esta zona y que le ha dado mucha personalidad. Pero no caigan en el error de quedarse a comer en La Roca. A la hora de comer hay que volver a La Línea, porque lo de comer en esta ciudad es un gustazo, ya sea en el centro o también en la zona de La Atunara. El otro día descubrí, gracias a un linense de los buenos, un sitio de esos "para peregrinar", un bar de barrio donde te ponen las cosas en sencillo. La especialidad de la casa es "la gallineta", la fríen de escándalo, jugosita por dentro y crujiente de pellejo por fuera, pero, escúchame, en la Freiduría Jardines, que es el nombre del sitio aunque no es un freidor, hay que probar el pulpo encebollao, una delicia en tapa, un plato de esos sin ná, pero que lo tienen tó. Hazme caso, si tienes un día libre no pierdas la oportunidad de visitar esta ciudad, vale la pena.

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