Las dos orillas

josé Joaquín / león

Libertad para todos

NO existe democracia sin libertad de expresión. Esto se decía, con razón, en los tiempos de Franco, pero parece que ahora se ha olvidado. Se oyen propuestas y se ven actitudes que intentan pasar por progresismo lo que sólo es totalitarismo puro y duro. Podría poner muchos ejemplos, pero me remito a dos que han ocurrido en Granada. Allí se ha pedido la retirada de un libro editado bajo los auspicios del Arzobispado y se ha boicoteado una conferencia de Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del PSOE. Esto empieza a recordar a la Inquisición. Aunque ahora los inquisidores son otros, incluso de extrema izquierda.

El libro Cásate y sé sumisa tiene un título más sádico que católico. En Italia, donde no lo han prohibido, ha vendido más de 50.000 ejemplares. En España, gracias a la polémica, ha sido el libro más vendido en Amazon. Su autora, Constanza Miriano, ha explicado que no aboga por el mal trato a la mujer, sino por una interpretación personal de la teoría matrimonial de San Pablo (que tiene 20 siglos de antigüedad y no es dogma de fe, se puede añadir).

En la sociedad de hoy, nadie sensato pide que las mujeres sean sumisas a los hombres, aunque en algunas exitosas novelitas de porno blando, como Cincuenta sombras de Grey, se recomienda. Pero hasta la ministra Ana Matos, para dársela de más feminista que nadie, ha picado en ese anzuelo y ha pedido al Arzobispado de Granada que retire el libro. También se puede pedir que retiren Justine y otros libros del marqués de Sade, que son más fuertes y se siguen editando. Pero, en general, no se debe retirar ni quemar ningún libro por motivos ideológicos. Por esa causa, prohibían los libros marxistas. Por ese motivo la editorial Ruedo Ibérico se fundó en París. Así que no conviene hacer lo mismo que antes, pero al revés, con otros heterodoxos.

Y es vergonzoso que se boicotee una conferencia del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, o del ministro José Ignacio Wert, o de quien sea. Todo el mundo tiene derecho a hablar y nadie tiene derecho a reventarlo. Esto es elemental. Es un derecho básico. Hay una generación que se ha encontrado la democracia construida, y a algunos se le nota en sus maneras que no la han conquistado. Esos niñatos boicoteadores son repelentes y se asemejan demasiado a la kale borroka.

En este país, desde que se aprobó la Constitución de 1978, la libertad no es de derechas ni de izquierdas, sino de todos.

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