Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

la azotea

jesús guerrero

Justifican la violencia machista

Tardamos demasiado en admitir que no hace falta llegar al moratón en el ojo para ver una agresión. Nos demoramos en reconocer que el insulto o la violencia física no es el límite en el que empieza el maltrato. Las humillaciones, el aislamiento, el miedo y el ejercer las estructuras de poder son caminos que llevan a unos malos tratos que, ahora, ya son reconocidos y verificables. Algunas personas, sin embargo, se empecinan en tener una actitud negacionista con la violencia de género, lo que evidencia un ejemplo más de ese ejercicio del privilegio. Dar la nota en los minutos de silencio, intentar boicotear a las víctimas, obviar las estadísticas oficiales para ningunear el problema o tratar de desenfocar la realidad son respuestas irresponsables que incitan al odio, son destructivas. Callar, en lugar de condenar, te sitúa en la justificación de los actos. ¿O no aprendimos eso con el terrorismo etarra y los partidos que lo apoyaban?

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