Los Juegos Olímpicos de Pekín siguen su curso con pocas sorpresas y con la confirmación de lo esperado. Michael Phelps continúa haciendo historia, ya lleva cinco oros , y aún puede conseguir tres más y superar el récord de su compatriota Mark Spitz que consiguió siete medallas de oro en Múnich'72. El Tiburón de Baltimore es un prodigio de la naturaleza, un deportista que ya por muchos es considerado como el mejor de la historia. Y lo más bonito de todo ello, es que sólo cuenta con 23 años, así que todavía tiene mucha guerra que dar en los años venideros.

No obstante, en España tampoco tenemos que tener mucha envidia, nosotros tenemos a Nadal y a la selección de baloncesto, que es una seria amenaza para el Dream Team de Estados Unidos.

Nadal continúa con paso firme en Pekín, siendo una de las mayores esperanzas españolas para conquistar una medalla. Aunque ha sucumbido en dobles, es una lástima que Nadal no pueda competir en más modalidades, porque con el hambre de títulos que le caracteriza, seguro que sería un filón para el medallero español.

Por otro lado, la selección masculina de baloncesto es la otra atracción española en los Juegos. Los pupilos de Aíto demostraron ante China que además de apabullar, también saben sufrir, cuestión que enaltece a un equipo en las grandes citas.

Quizás una de las sensaciones más amargas de la jornada nos la ha dejado Alberto Contador. El ciclista de Pinto marcaba el mejor crono en los dos primeros puntos, lo que nos hizo soñar con el tercer metal, pero acabó cediendo en los kilómetros finales y Leipheimer le apeó del bronce. También ha estado muy cerca del metal Leire Iglesias. La judoka vizcaína no pudo hacer frente a la holandesa Edith Bosch, que se hizo con el bronce al llevarse la victoria por Ippon.

Habrá que esperar a los próximos días para que el medallero engorde y refleje el buen momento del deporte español.