Muchas veces se ha hablado de la labor social de las televisiones públicas, de cómo estos medios de comunicación deben atender a las necesidades de los ciudadanos y convertirse en un servicio público para ellos.

El programa de las tardes de Canal Sur, que lleva la tira de años emitiéndose, el de Juan y Medio, como lo conoce mi madre o La Tarde Aquí y Ahora que es su nombre oficial, suele recibir muchas críticas por cuestiones de lo más variopintas.

Sin embargo, considero que este programa cumple a la perfección con la idea de las televisiones públicas como servicio al ciudadano. Este programa, cuya estrella es Juan y Medio, entretiene a muchas personas andaluzas de eso que llamamos la tercera edad, que disfrutan con las historias que se cuentan, pero también soluciona problemas de soledad, que es una de las enfermedades más dramáticas de cuando nos volvemos viejos.

En alguna ocasión he visto el programa y escuchado las historias de las personas que acuden a él. Siempre me ha llamado la atención la forma que tiene de conducirlo Juan y Medio, recurriendo continuamente a las bromas, pero siendo tremendamente respetuoso con las personas que acuden al programa. Creo que esto tiene mucho mérito porque manejar esa frontera entre el humor y el respeto es muy complicada y más si uno tiene que ejercerla en ese rango de edades en que nos volvemos especialmente sensibles. Y Medio maneja a la perfección otro ingrediente difícil de gestionar, y es el de la ternura, sin caer en el pamplinismo.

Me llama la atención la familiaridad con la que los invitados hablan con los presentadores. Parece que están en el sofá de su casa hablando con la familia o en el bar de la esquina comentando el día con los amigos.

La televisión, quizás por su fuerza, es siempre uno de los medios de comunicación más criticados y al que todos nos gusta poner verdes cuando nos tomamos el puchero del almuerzo, pero creo que hay que resaltar también las cosas que se hacen bien y a mi modesto entender este programa es todo un servicio público para las personas mayores, un colectivo para el que es difícil muchas veces encontrar asideros.

Mis felicitaciones a todos los que lo hacen posible.