Los políticos tienen un lenguaje propio que solo ellos entienden. El alcalde, sin ir más lejos, mezcla el argot de la política con "los pitos de las ollas" cuando le da por pensar, digo yo, que su propia madre no le va a entender. Cuando los políticos se ponen delante de un micrófono o escriben cualquier gacetilla lo hacen en una jerga alambicada (vecinos y vecinas, pastilla, puesta en valor, nichos de oportunidad, líneas rojas) que no usan en la vida diaria, lo que resulta sorprendente cuando lo que pretenden, se supone, es que les entienda la mayor cantidad de gente posible. Como dijo Jack El Destripador, empecemos por el principio: ¿cómo puede el alcalde delegarse una competencia a sí mismo, por muy rimbombante que sea su nombre? Una delegación, como su nombre indica, se ejecuta por encargo de otro así que es difícil de comprender que si quien delega es el alcalde se delegue a sí mismo, salvo que tenga desdoblamiento de personalidad y una vez sea el Doctor González y otra Mister Kichi. Para analizar el reparto de competencias podríamos resumir en las flechitas que usan algunos periódicos, como este, para ver quien sube y quien baja: baja Ganar Cádiz, si es que eso existe aún, al descender en el escalafón Martín Vila (de primer a tercer teniente de alcalde) y Eva Tubío (al perder cultura y quedarse con Vivienda, como recompensa por haber hecho 7 pisos en cuatro años). Baja David Navarro, de concejal multipropósito, como una navaja suiza, a esta perorata ininteligible "delegado de presidencia, comercio, consumo, medio ambiente, seguridad ciudadana, protección civil y tráfico" que traducido resulta policía y limpieza. Pasan de la sala de máquinas al puente de mando Cherra, Deme y Helena con hache, de asesores a responsables de asuntos importantes. Demetrio Quirós en verdad lleva personal pero la parrafada dice "coordinación ,administración electrónica, redes, comunicación y transparencia" además de los asuntos de la plantilla municipal. Se desconoce las funciones de dos delegaciones importantísimas: servicios municipales y servicios comunes. Ya es de flautista de Hamelin, de aurora boreal como se dice ahora, la delegación de bienestar animal. Para tirarse por lo bloques, si no fuera porque podríamos molestar a los gatitos. Igual la concejala del ramo viene a la plaza de San Francisco a darle de comer a las palomas con Purita. Queda para un doctorado en ciencia política lo de las tres áreas de organización. Este galimatías debe ser la opitimización.

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