No se había visto una cosa igual desde hace mucho tiempo. Porque para recordar a los militares desplegados en las calles de Cádiz, y más en concreto a la Infantería de Marina, habría que remontarse a las antiguas procesiones del Corpus. Sin contar a los guardiamarinas del Elcano, claro. Es curioso que la Unidad Militar de Emergencia cumple labores relacionadas con el coronavirus en otras ciudades andaluzas. Pero a la Bahía y otros municipios de Cádiz han mandado a los infantes de Marina, que no son una unidad para emergencias, y han salido a cumplir misiones insospechadas. Por cierto, se les ha visto patrullando por calles y espacios públicos sin mascarillas y sin guantes.

También han mandado regresar al buque escuela Juan Sebastián de Elcano, que estaba en Miami o por ahí. En verano deben volver a zarpar de Cádiz para el crucero especial del homenaje a Magallanes y Elcano, con motivo del quinto centenario de la circunnavegación del mundo. Pero el actual crucero de instrucción se ha suspendido.

En la práctica, con el estado de alarma, en España hemos cambiado de régimen por razones sanitarias (no es por la cara bonita del señor Sánchez o del señor Iglesias), pero hemos pasado de una democracia coronada a una dictadura coronavirusiana para que nadie se salga del tiesto de su confinamiento. Y eso es lo que hay, Cai.

Esto empezó en China, pero en España los hemos imitado. A Pedro Sánchez se le está poniendo la cara de Xi Jinping, aunque sin mascarilla, que el líder chino utiliza hasta para dormir. Y, como esas son las normas, hay que cumplirlas. Ayer organizaron una sesión reducida en el Congreso de los Diputados, que se dedicó básicamente a hacerle la ola a Pedro Sánchez, que es como decir lo de "ole ole mi Pedro, lo digo a boca llena, y al que no diga ole que se le seque la yerbabuena". O que se coja el coronavirus en la cuarentena, que sería peor. Aun así, Iván Espinosa de los Monteros, el de Vox, que tiene a sus dos primeros espadas enfermos con coronavirus, pidió la dimisión de Carmen Calvo y Pablo Iglesias.

Los infantes de Marina pueden llegar a aburrirse en las calles de la Bahía de Cádiz. Ya no sale nadie para que le pongan una multa, la gente está asustada. Los perros tienen miedo de sacar de paseo a sus dueños. Los atletas corren en el pasillo de su piso. En el Hospital Puerta del Mar y en Puerto Real aumentan, poco a poco, los casos. Esta es la peor Cuaresma que se recuerda. Hoy es el Día del Padre, ¿una fiesta machista? Ojalá descubran pronto la vacuna.