El inolvidable Quintín Dobarganes, en estas páginas, solía escribir de vez en cuando gacetillas sociales, esto es, bodas, bautizos, comuniones, decesos, natalicios, buenas noticias acaecidas a las familias de la Isla, deseos de pronta recuperación de enfermedades, premios... Como también los destinos de Marina, sección muy leída en este Diario de Cádiz de cuando entonces. Quintín Dobarganes, montañés de origen, como es sabido, se convirtió en un cañaílla ejemplar, un hombre que defendió su pueblo, el pueblo de sus hijas e hijo, San Fernando, con vehemencia y pasión. Lo traigo hoy aquí, con todo el cariño, para hacer lo que él solía con un amigo que ahora atraviesa un delicado momento de salud, Ignacio Vera Bustamante.

Quería yo decir hoy de Fernando López Gil, el nuevo delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, pero tiempo habrá. Griñán ha premiado, en mi opinión, una trayectoria ejemplar de renovación en el interior del PSOE y ha puesto al frente de la Junta en la provincia a una persona dialogante, inteligente y democrática. Los tiempos no son los más propicios pero FLG se va a dejar la piel en hacer las cosas como es debido, ya que Loaiza le ha hurtado la posibilidad de ser el alcalde de San Fernando, su pueblo, en dos ocasiones, que era su verdadera ilusión y la oportunidad de demostrar que nuestra ciudad tenía futuro y él podía capitanearlo.

Tiempo habrá, ya decía. Hoy, este domingo de agosto, quería yo recordar a aquel joven que, de la clandestinidad, salió a la luz con un megáfono pidiendo el voto municipal para el PCE. Así lo conocí yo, en la barriada de La Ardila. Sería elegido en aquel lejano 1979. Su partido obtuvo tres concejales. La composición del Ayuntamiento fue la siguiente: UCD 9, PSA 7, PSOE 6, PCE 3. Un pacto dio la alcaldía a los nacionalistas andaluces. Ahí empezó todo. Digo que desde 1979 Ignacio Vera Bustamante estuvo en la vida política local aportando una mirada lúcida y una ejecutoria honesta. Dejaría su escaño -creo recordar- cuando desengañado de la política del Partido Comunista, se afilió al PSOE. Un espíritu inconformista, una idea de la democracia y de su ciudad natal, San Fernando, han conformado su vida, hecha de silencios y sufrimientos, muchas veces, en un espíritu calmo, sensato y reflexivo.

No se me olvida un comentario de quien fue 20 años alcalde de San Fernando, el general García Ráez. Un día me dijo que el padre de Ignacio Vera, que fue concejal del Ayuntamiento franquista (creo) cuando él era alcalde, había sido una de las mejores personas, "y más honradas" de todo aquel período. No me extrañó, por Ignacio, por su hermano Paco, catedrático de Latín, una de las grandes personalidades intelectuales del actual San Fernando, y por su hermana. Que habían heredado de su padre, en el recuerdo de García Ráez, su dulzura y bonhomía.

Ahora atraviesa un delicado momento de salud. Nosotros, desde el recuerdo de lo que solía hacer Quintín Dobarganes, con su mejor intención, que es la nuestra, queremos desearle una pronto recuperación. La ciudad, en su partido, necesitan de su sabiduría y buen consejo. Pero sobre todo lo necesitan los suyos, su esposa, sus hijas, sus hermanos. Y todos sus amigos, que somos muchísimo.

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