Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

el periscopio

León / Lasa

Hormigas y cigarras

Según un reciente estudio, la cuarta parte de la población española no cuenta con ningún tipo de ahorro para hacer frente a imprevistos

DESDE los tiempos del Eclesiastés se ha alabado a aquellos que conducen una vida sencilla y austera, ajena a las alharacas y a la cuchipanda, centrados en el trabajo, el esfuerzo y los hijos. En Andalucía, nuestra bendita tierra, muchos de estos ejemplares de la raza humana son bautizados como "esaborios"; aunque, para compensar el agravio, suelen tener las cuentas corrientes como un pantano de la cuenca norte. Esopo, o Samaniego, más cercano a nosotros, popularizaron con su fábula de la hormiga y la cigarra las virtudes del ahorro, la previsión y la prudencia. Es -mejor dicho, era- unos de los cuentos que a más temprana edad nos narraban y cuya memoria, indeleble, permanece en el subconsciente de todos los que hemos sido criados en la era predigital. Nos quedaba claro que había que imitar la actitud juiciosa de la hormiguita, que no había que gastar en chuches toda la paga del domingo, y que para comprar el famoso coche Tiburón Payá, con mando, había que procurar ahorrar poco a poco en la hucha gris y metalizada del Banco Coca. Las cosas no caían del cielo ni, tampoco, se había inventado la tarjeta de crédito.

Según un muy reciente estudio del buscador de seguros Rastreator -disculpen la ordinariez- una cuarta parte de la población española no cuenta con ningún tipo de ahorro para hacer frente a imprevistos. Viven, como comúnmente se dice, al día (en muchos casos de pasado mañana). La cosa no queda ahí: casi un 30% adicional no llega a disponer de tres mil euros guardados. Esto es, más de la mitad de la población se encuentra en una situación de vulnerabilidad extrema. Además, el 66% arrastra una hipoteca y el 24% un crédito para el coche. Basta un golpe de mala fortuna -desempleo, enfermedad, accidente...- para enfrentarse a una situación prácticamente insostenible y pasar a depender de organizaciones de caridad como Cáritas o el Banco de Alimentos (qué pena que la polémica alcance también a esta noble institución por nombramientos muy bien remunerados de gerentes afectos, cuando tantos directivos jubilados colaboran y colaborarían altruistamente). Comprendo perfectamente que en situaciones de desempleo -alrededor del 36% en Andalucía-o con contratos precarios, el ahorro es una quimera mayor que la de Eldorado. En la película Blade Runner, en la escena final, mientras el replicante salva al poli agarrándolo de un brazo al borde de la cornisa, aquel le dice: "Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Es lo que significa ser esclavo". Podría, también, haber estado pensando en las masas laborales de un próximo siglo XXI. Aunque los medios nos vendan lo contrario.

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