En uno de los aforismos de Vilanos en el aire, Antonio Rivero Taravillo viene a darle una vuelta a la definición del pesimista. Es quien ve la botella medio vacía y la otra mitad, además, envenenada. Me parece un acierto para tiempos tan cenicientos como los que estamos viviendo: la botella medio vacía era poca desgracia para ahora. En cambio, los optimistas la vemos, podríamos añadir, no sólo medio llena, sino que, encima, la parte vacía también nos resulta refrescante.

Por eso, a la tensión con Turquía, yo le estoy viendo el sabor delicioso de su parte medio vacía, esto es, de lo que no pasó, pero qué bueno. Turquía ha estado a un tris de entrar en la Unión Europea. Después de la que está liando, dentro y fuera, con esos insultos gruesos y hasta con la tentación de abrirnos las compuertas de la inmigración ilegal, después de todo esto, no creo que entre a medio plazo. Amenazando con abrirlas, se ha cerrado la puerta.

Es una noticia vacía, porque no entrará quien no estaba dentro, pero estupenda. Turquía no es Europa ni geográfica ni culturalmente. Su población, su nivel económico, sus instituciones políticas, su idiosincrasia y sus tensiones religiosas hacían muy probable que su entrada en la UE acabase con la UE.

Su entrada hubiese sido más letal que la salida del Reino Unido. Primero, porque el Reino Unido es, por todo lo mismo, exactamente lo contrario. La geografía, la historia, la cultura, el idioma y la idiosincrasia hacen que siempre, fuera o dentro, vaya a ser Europa, aunque losea de una forma excéntrica, que es la suya. Por otra parte, un cuarto de las Islas Británicas, esto es, Irlanda, se queda en Europa, y eso es tener la llave de la puerta de atrás. Y quizá sea la mitad, porque Escocia está escocida. Ya veremos qué postura toma España ante las tentaciones indepeuropeístas de Escocia. La analizaremos mañana.

Apuremos al optimismo de la botella medio vacía. Turquía ha hecho méritos para no entrar en la UE, ayudando de paso a que en Holanda se afiance una opción anti-turca. Y para remate, el gran valedor de que Turquía entrase, Estados Unidos, como ya no está dispuesto a pagar la defensa europea, ha perdido ascendiente. Sobre todo, porque quería que entrase, entre otras cosas, por su política de defensa. Ya ni la paga ni le importa tanto la geoestrategia ajena. Ni aquí ni en Holanda el que deja de pagar manda. Turquía grita más, pero desde más lejos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios