La Azotea

Pilar Vera

pvera@diariodecadiz.com

Historias de fantasmas

L LEGA la gente de octubre -que decía Bradbury- y, ante el avance aplastante de la oscuridad, el mono miedoso buscaba un refugio junto al fuego, pensaba en lo cercano que podía estar el fin e inventaba historias de horror y consuelo. Las historias de fantasmas vienen con dos enseñanzas principales: una, que no hay que dejar cuentas pendientes en la vida; otra, que necrópolis y polis son dos cosas muy distintas: si un muerto no está en su sitio, junto a los demás de su especie, y no se le ha consolado con los ritos debidos (no nos hemos consolado con los ritos debidos) es que ha habido, en efecto, un conflicto. Una explicación tan buena como cualquier otra para comprender que, mientras no resolvamos todas nuestras muertes pendientes, seremos un país en continuo poltergeist.

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