LOS dos anteriores directores del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato y Dominique Strauss Kahn dejaron apresuradamente el cargo, el primero por razones tan personales que no consideró conveniente ni necesario explicar al mundo, y el segundo por un caso de abusos sexuales a una camarera de uno de esos lujosos hoteles en los que se alojaba, por lo que responde ante la justicia. El español un día considerado un cerebro de la economía está ahora imputado por su gestión al frente de la hundida Bankia. La actual gerente, Christine Lagarde, famosa por su lujoso guardarropa, tuvo también que responder ante los jueces franceses por una acusación de malversación de fondos públicos. En manos de estos personajes, los tres con estratosféricos salarios, ha estado los últimos años un organismo que ahora nos reclama a los españoles que nos bajemos el sueldo un 10%.