¿Alguien se apuesta algo a que al final no va a pasar nada? Dos a uno en que todo se queda como está. Hagan apuestas. Los vecinos de muchas ciudades se están levantando contra las casas de apuestas que están proliferando como setas. En el mundo de color que pintan, el final es el habitual, la banca siempre gana. Tan antiguo como la propia humanidad. Por cada pelotazo hay miles de víctimas que tratan de tapar los boquetes cavando otra zanja con el objetivo de que alguna vez se acabará la mala racha. Y mientras tanto, la ludopatía crece y crece. Hay demasiados intereses en juego. Un Estado que cobra muchos millones gracias a estas apuestas. Clubes de fútbol que se llevan una morterada por llevar en sus camisetas o por estar patrocinadas por una firma de apuestas. Y cuantas más apuestas y más dinero se juega, más intentos hay para corromper la competición. La iniciativa es loable, pero apuesto a que quedará en el pataleo.

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