Libre directo

José / Pettenghi

Hace falta valor

DE banderas, entregas de premios, corbatas y trajes. De eso se habla mucho, pero de gestión, lo que se dice gestión, muy poco. Yo diría que nada.

Desde las alturas de su pérgola-mirador vaticinaban un caos, un desgobierno, una catástrofe. Pero nueve meses después, los funcionarios cobran sus nóminas, se paga -antes- a los proveedores y la deuda municipal decrece. Se riegan los jardines, se recoge la basura y el agua sale de los grifos. La vida sigue; a tumbos, pero sigue.

Este ensayo de transformación social no les gusta y, pase lo que pase, nunca les va a gustar. El desdén inicial dio paso a la crítica, de ahí a la divergencia, y más tarde a la franca hostilidad de hoy.

¿Que cometen errores? Pues claro, y gordos a veces, pero no venimos de una arcadia feliz: hemos llegado hasta aquí tras veinte años de sectarismo social, opacidad informativa y despilfarro económico. Y de lo que cuelga de la ley mordaza, recortes sociales, copago…

Da igual, disimulan, ponen cara de ofendidos y se erigen en paladines de la libertad de expresión, la transparencia, el juego limpio y de lo que sea menester. Les asiste un Derecho divino -aquí, en Madrid o Barcelona- y cuando ven peligrar sus privilegios de clase o su tradicional forma de vida, recurren a la marrullería mezquina, el bulo interesado o el descrédito personal como viejas armas políticas. El objetivo es quebrantar la fe en la capacidad de gobierno de éstos, que-no-sé-qué-se-han-creído.

Es esa amalgama del Cádiz eterno, de viejos -y no tan viejos- nostálgicos, conservadores moralistas, antiguos progres que de antiguos son ya regres, gente cortita de ideas, tipos enmohecidos con un pavor irracional a todo lo que suene a progreso, quintacolumnistas del insulto y el desprecio, ultras que ignoran que lo son y adeptos de partidos en demolición que sueñan con ovejas eléctricas.

Hoy, excitados, dan la lata con banderas, corbatas y entregas de premios. Si se salen con la suya lo verán como una simpática novatada a los que un día quisieron sanear -hace falta valor- el apolillado orden local.

Con lo bien que estamos como estábamos.

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