El Puerto Accidente de tráfico: vuelca un camión que transportaba placas solares

EL ALAMBIQUE

Luis Suárez / Ávila

(H)El-arte

CON el frío que está haciendo, no se me ocurre otra cosa que relatar aquella nevada en El Puerto, cuando yo era chico, creo que el año 1954, en que nos llevaron a la Plaza de Peral y al Ejido, el Lejío, para ver las ramas de los árboles nevadas, como solamente las habíamos visto en las postales de regiones y países lejanos. Las azoteas y tejados tenían una gruesa capa de nieve y nosotros, en la nuestra, hicimos un muñeco de nieve con una zanahoria por nariz, unas gafas, una bufanda y un sombrero. Jugamos a tirarnos bolas de nieve y aquello, que no se ha repetido, ha quedado en las memorias de los niños de entonces como cosa rara y única. La verdad es que los techos por aquí no están preparados para soportar la pesada carga de una capa de nieve de casi treinta centímetros de espesor. Así que la gente temía el desplome de algunos forjados, como ocurrió en algunas casas. Ahora, aunque hace mucho frío, no nieva por aquí, aunque hay motivos para que se nos hiele el corazón. Dicen, los que juegan con las palabras, que "(H)el-arte es morirte de frío". Y algunas veces el arte te deja helado. A mí me ha dejado helado lo de la cúpula de Barceló en la ONU, por ejemplo. Sobre todo que los fondos destinados para el desarrollo de los pueblos lo haya empleado el Gobierno español en sufragar ese estafermo. Han sido 20 millones de euros los que se han desviado para costearlo. Pero la cúpula ya estaba construida. Sólo se ha decorado con estalactitas pegadas a la escayola. Son excrecencia de la mente de Barceló que, por otra parte, no me parece una mente especialmente relevante ni privilegiada. Hay gente que caga por el cerebro. Lo mejor de todo es que al Gobierno español, Barceló le ha dado factura de "mantente, mientras cobro", Y eso ha pasado. Ya hay porciones de más de un metro cuadrado que están desprendidas por el efecto de la calefacción. Pero el desarrollo de los pueblos lo exigía. Los pueblos subdesarrollados deberán estar eternamente agradecidos a Barceló y al Gobierno de ZP. El arte nos ha helado el corazón, no a las dos Españas, sino a las 17 Españas y mucha parte del extranjero deprimido y en la miseria que abre tiendas de los 20 duros, donde Barceló, por ayudarlos, ha comprado una partida enorme de superglue, totalmente caducado. Ese ha sido el error, el único error. Pero, que conste, por ayudar.

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