La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Un Guzmán Bejarano para Sánchez

Al retratarse como es, el líder de Vox logró que Sánchez pareciera lo que no es. ¡Qué arte!

Abascal le ha hecho un Guzmán Bejarano a Sánchez. Le ha tallado, palabra insensata a palabra insensata, idea disparatada a idea disparatada, tópico populista a tópico populista, un paso sobre el que Sánchez se sintió divino y un altar desde cuya hornacina discurseó cual santo patrón protector de la democracia, la Constitución, el europeísmo, el progreso, la racionalidad y la moderación. Tan esmerado trabajo de Guzmán Bejarano hizo Abascal tallando con palabras un paso y un altar para que el presidente se luciera que logró que se olvidara que, si él representa el populismo de extrema derecha, Sánchez es presidente gracias a los apoyos de Bildu y ERC, y ha formado Gobierno con Unidas Podemos.

Era un desafío casi imposible de superarse colocar a Sánchez sobre el paso de la moderación y el altar antipopulista. Pero Abascal lo logró. Hasta el discurso nauseabundo de la portavoz de Bildu y el tabernario de Rufián quedaron en segundo plano ante la verborrea insensata de Abascal. Al retratarse como es, el líder de Vox logró que Sánchez pareciera lo que no es. ¡Qué arte! Al dejar tan claro qué es el populismo de extrema derecha, logró que se diluyera o incluso se olvidara el escándalo de que Sánchez cogobierne con el populismo de extrema izquierda, se apoye en los blanqueadores de ETA y firme con ellos un manifiesto a favor de la democracia y los derechos humanos. ¡Qué habilidad!

"Nunca, desde la muerte de Franco, España había proyectado una imagen más negativa ante el mundo" escribía ayer nuestro director. Nunca, añado, un mal gobernante en gran parte responsable de dicha imagen -con la colaboración de la oposición- ha salido más fortalecido de una moción de censura gracias al "otro vendrá que bueno me hará".

El espectáculo de una clase política egoísta que ignora o gestiona mal la tragedia que España vive fue vigorosamente denunciada por Ana Oramas en uno de los poquísimos momentos de dignidad, responsabilidad y verdad vividos en el Congreso: "Están gastando el dinero de los españoles en un debate que no lleva a ningún sitio. Estamos fallando a España. Nos estamos enfrentando a una de las mayores crisis de la historia de Europa, tal vez la mayor tras la II Guerra Mundial, y lo que hacemos es esto; es decir, nada. Estamos suicidándonos como país, debilitándonos como sociedad y traicionando a nuestros hijos y nietos". Lo firmo.

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