Guerra

Alfonso Guerra ha iluminado el vale todo de Pedro Sánchez por mantener el poder

El ex vicepresidente del gobierno de España con Felipe González, Alfonso Guerra, suele despacharse a gusto. Es de los que, como suele decirse, cuando habla, sube el pan. Ayer lo hizo. Se suma a lo que ya viene siendo un coro contra Pedro Sánchez desde el interior del Partido Socialista. Estaban hasta el gorro de Pablo Iglesias en la vicepresidencia del Gobierno y lo de Bildu ha sido la gota que ha colmado el vaso: "Toman decisiones, hacen cosas. Hacen un acuerdo con Bildu absolutamente despreciable y aparece Iglesias y dice que Bildu se ha incorporado a la dirección del Estado. Y al mismo tiempo Otegi, condenado por terrorista, dice que van a Madrid a destruir el régimen del 78. Claro, son hechos consumados y la parte del Gobierno que no son de estos aliados no reacciona". No es lo único que dice, hay más. "Cuando un movimiento de izquierda reaccionaria como Podemos tiene como líder a Carl Schmitt, quien dio cobertura ideológica al partido nazi en Alemania... ese es el hombre al que admiran los que siguen a Podemos". Se trata de toda una escalada crítica, absolutamente contundente. Digo que ha encontrado la fórmula expresiva, sobre todo cuando recuerda aquello que decía Pedro Sánchez de Pablo Iglesias, que le quitaría el sueño. Guerra lo recuerda y resume: "Pues ahora duerme con él". Para el vitriólico Guerra de siempre, lo que está ocurriendo en España con este partido socialista y este dirigente, dispara todas las alarmas. El episodio de los ministros Garzón y el propio Iglesias, acusando al Rey Felipe VI de realizar "maniobras graves", agota la paciencia de Alfonso Guerra: Deberían haber sido cesados, no podían haber durado "ni cinco minutos". Sus declaraciones concluyen con la llaga abierta en estos días por la ministra Celáa y la supresión del carácter vehicular del español en España. Guerra explota: "Y hay un principio, me parece a mí, en la historia, y es que cuando una sociedad acepta lo absurdo sin reaccionar es una sociedad en decadencia. El español se va a tratar como una lengua extranjera en España. Es un absurdo tan tremendo que si la sociedad asume sin reaccionar... está en decadencia". Las consecuencias de estas manifestaciones son el qué hacer. Guerra ha iluminado el vale todo de Pedro Sánchez por mantener el poder, este sinsentido múltiple y continuo que tan graves consecuencias puede acarrearle al PSOE, en fase de división y destrucción, aunque su secretario general no lo quiera reconocer, ni mucho menos lo contemple en el horizonte inmediato. Podemos, Izquierda Republicana de Cataluña y Bildu obtendrían el triunfo soñado: la destrucción de la Constitución, la República Confederal, el fin de su odiada España.

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