PENSABA escribir sobre los pactos políticos que hoy por hoy siguen en el aire, pero después de haber visto lo que he visto, no me queda más remedio que escribir sobre los guardadores legales.

Estamos metidos en plena campaña de matriculaciones en Primaria. Hasta ahí, todo normal.

Bueno, pues he estado viendo estos días las matrículas y son como las de otros años. ¡Ja, eso pensaba yo! Pero cuando tuve que rellenar la de mi hija, resulta que ya no soy su madre, ni su padre su padre. Somos (agárrense que vienen curvas) "Representante o guardador legal 1" o "Representante o guardador legal 2". ¿Esto qué es? ¿Mi hija es Shakira para que yo sea su representante? ¿Y qué es lo que le tengo que guardar? ¿Un secreto o los calcetines en el cajón?

Me quedé de una pieza y totalmente desilusionada al ver que yo ya no soy una madre o por lo menos para Educación. Después de todo un embarazo, una lactancia, los primeros pasos, los primeros dientes, sus primeros días de 'cole', que por entonces sí que era su madre, y ahora resulta que ya no lo soy, según me dice la solicitud de la matrícula de la Consejería de Educación.

Estoy totalmente frustrada, con lo que me gusta ejercer de madre. Pero lo peor no es eso, lo peor es que no sé si soy el "guardador legal 1 o el 2". Porque por orden de apellidos sería el 2, pero por dedicación sería el 1. Así que si estos señores y señoras tan modernos tienen a bien explicármelo, se lo agradecería eternamente.

Bueno y lo mejor de lo mejor es que la tiene que firmar el "guardador legal 1", mientras que antes la podía firmar, indistintamente, el padre/madre/o tutor legal del niño.

Así que en vez de ir evolucionando, vamos para atrás. Porque en vez de preocuparse de cosas que realmente sean importantes, se calientan la cabeza con pamplinas que no llegan a ninguna parte y que no tienen ningún sentido.

Y lo peor de todo es que les pagamos entre todos y todas, por supuesto.

Gracias por leerme.